Terminator
"Volveré."
Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quiere conocer partes esenciales de la trama de la película.
Un cyborg es enviado desde el año 2029 a 1984 con el objetivo de matar a una mujer, que será la madre del líder de la rebelión en la guerra contra las máquinas. Un soldado es también enviado con la misión de protegerla.
LA GUERRA DE LAS MÁQUINAS
James Cameron se encontraba en Roma editando su primera película, Piraña II: Los vampiros del mar (1981), cuando de la forma más inesperada le vino la idea que daría pie a Terminator (The Terminator, 1984). "Estaba enfermo, en bancarrota, tenía mucha fiebre y tuve un sueño sobre esta figura de metal saliendo del fuego," recordaba Cameron. "Y la conclusión era que había sido despojado de su piel por el fuego y era expuesto como lo que realmente era." Cuando regresó a Estados Unidos se puso manos a la obra con el guión.
Los planes de Cameron eran mayores que los finalmente vistos en la película. Inicialmente quería incluir un terminator de acero líquido, el famoso T-1000 de Terminator 2: El juicio final (1991). En su primera concepción de la historia, Skynet enviaba a dos terminators, un T-800 que era destruido por Reese y después llegaría el T-1000 mucho más letal. Pero el director pronto se dio cuenta que la tecnología no estaba tan avanzada como para poder llevarlo a cabo, así que aparcó la idea del terminator de acero líquido para el futuro.
Cameron había trabajado en la producción de Roger Corman, Los 7 magníficos del espacio (1980) encargándose de los efectos especiales y de la dirección artística, y ahí conoció a su futura mujer y colaboradora Gale Anne Hurd, que era la asistente del director de producción. Cameron le comentó su idea para la película que estaba desarrollando, la cual interesó realmente a Hurd. En aquel momento el director había escrito la mayor parte del primer borrador de Terminator y Hurd se involucró en el proyecto, primero ayudándole a pulir el borrador y después convirtiéndose en la productora de la película. En un gesto de colaboración, Cameron le vendió a Hurd los derechos por 1 dólar, a condición de que él dirigiría la película.
El director de Mentiras arriesgadas le pidió ayuda a su amigo William Wisher para completar el guión. "[Cameron] había vendido el tratamiento y tenía que escribir el guión, pero tenía poco tiempo," recordaba Wisher. "Me pidió que escribiera algunas escenas basadas en su tratamiento para conseguir terminarlo a tiempo, las primeras escenas de Sarah Connor y todas las escenas policíacas y con los detectives. Así que dije ok. Escribí eso y lo ayudé a pulir algunas otras cosas." El guión estuvo terminado en mayo de 1982.
Cameron y Hurd llevaron el proyecto a todos los estudios, pero estos sólo estaban interesados en comprar el guión y no en que Cameron lo dirigiese. Al final se lo ofrecieron a Orion, con quien llegaron en 1982 a un acuerdo de distribución. Fue de gran ayuda para Cameron y Hurd que en Orion tuvieran dos conocidas de los tiempos de Corman, Barbara Boyle (vicepresidenta ejecutiva de producción) y Frances Doel (ejecutiva creativa), que ayudaron a llevar adelante el proyecto. La película sería producida por John Daly bajo su productora Hemdale Film Corporation. El presupuesto se estableció en los 4 millones de dólares, los cuales se incrementaron hasta los 6,5 millones.
Orion prácticamente no interfirió en el proyecto, pero hizo dos sugerencias, una que Reese tuviera un perro cyborg (idea rechazada por Cameron) y otra que la relación entre Reese y Sarah fuera más fuerte (algo que sí aceptó el director).
REPARTO
Pero Mike Medavoy, director de Orion Pictures, sí puso una condición sine qua non para dar luz verde al proyecto, debían asociar a una gran estrella a la película.
Se consideró a Jürgen Prochnow, Kevin Kline, Tom Selleck y Michael Douglas para dar vida al terminator y el papel fue rechazado por Mel Gibson y Sylvester Stallone. Medavoy quería a O.J. Simpson para el papel, pero Cameron no estuvo de acuerdo (siempre ha corrido el rumor que fue contratado, pero nunca llegó a tanto, el director desmintió ese mito en una entrevista al Los Angeles Times). Y en primavera de 1983, Medavoy le ofreció a Arnold Schwarzenegger el papel del héroe, Kyle Reese. Tras leer el guión, el austriaco estaba más interesado en dar vida al T-800. "Estuve horas y horas hablando con el director, James Cameron," narraba Schwarzenegger. "Contándole cómo me imaginaba al terminator, cómo le veía actuar, moverse... Al poco tiempo, Cameron me llamó diciéndome que, si tanto me gustaba, el terminator era para mí." El actor recibió un cheque de 750.000 dólares por su participación en la película.
Schwarzenegger tenía un contrato en exclusiva por 10 años con Dino De Laurentiis, en los cuales debía realizar una película de Conan cada dos años. El actor habló con el productor para conseguir un acuerdo por el que pudiera rodar otras películas entre las entregas de Conan. De Laurentiis aceptó a cambio de que ambos siguieran haciendo entregas de Conan mientras fueran rentables y que el actor debía rodar una película de acción actual para él. Además debían rodar Terminator sólo después de Conan, el destructor (1984). Schwarzenegger tuvo que preguntarles a Cameron y Daly si podían retrasar el rodaje de Terminator hasta la primavera siguiente, algo que aceptaron, y eso que la producción tenía previsto comenzar el rodaje en Toronto en el verano de 1983 y tenían prácticamente todo listo para irse a Canadá. En ese impasse, Cameron aprovechó para escribir los guiones de Rambo: Acorralado, parte II (1985) y Aliens (1986).
Tras el fichaje de Schwarzenegger, procedieron a la contratación del resto del reparto.
Mickey Rourke, Bruce Willis y Sting fueron considerados para el papel de Reese. Pero fue Michael Biehn quien lo consiguió finalmente. El actor hizo una prueba para el papel, pero antes había realizado otra para la versión teatral de "La gata sobre el tejado de zinc", y cuando leyó para Cameron lo hizo con el acento sureño de la obra Tennessee Williams, algo que casi lo deja fuera de Terminator, ya que los responsables de la película no querían a alguien con ese acento para el papel. Su agente les aclaró que no era su acento real y tras leer de nuevo para Cameron, el papel fue suyo.
Debra Winger se hizo con el papel de Sarah Connor tras hacer varias pruebas, pero más tarde lo rechazó. Hicieron audiciones para el papel actrices tan conocidas como Rosanna Arquette, Lea Thompson (quien arruinó su audición al chocar justo antes su coche en la entrada de la casa de Cameron), Sharon Stone, Kelly McGillis, Daryl Hannah (quien prefirió irse a rodar Un, dos, tres... Splash) y Geena Davis. Por su parte, Carrie Fisher fue considerada. Pero el papel terminó recayendo en Linda Hamilton, siendo la otra contendiente final Jennifer Jason Leigh. Hamilton casi no pudo rodar la película porque se rompió un tobillo y los ligamientos del pie unos días antes de empezar la producción. La actriz tuvo que envolver su pierna todos los días para así estar recuperada para las escenas de persecución, las cuales se movieron al final del rodaje.
Edward James Olmos y Louis Gossett Jr. fueron considerados para interpretar al teniente Traxler, pero fue fue Paul Winfield quien se hizo con el papel. El actor reconocía que el guión le parecía realmente bueno y que, "tenía el presentimiento que iba a ser una película muy popular. Sabía que iba a ser un éxito. De hecho, dije que la haría por un centavo si los productores me daban el dos por ciento de la recaudación."
Lance Henriksen se llevó el papel del sargento de policía Hal Vukovich. El actor había ayudado a Cameron a tratar de vender la película. Los diseños originales del T-800 se basaban en Henriksen, aunque nunca se planteó que lo fuera a interpretar realmente. Incluso en la reunión con Hemdale, el actor apareció caracterizado como el terminator para que todos tuvieran una idea de lo que era, Henriksen metido en el papel llegó a la reunión dando una patada a la puerta, y la impresión fue tal, que a una secretaria se le cayó la máquina de escribir en su regazo.
Cameron conoció a Bill Paxton cuando lo contrató para su equipo en La galaxia del terror (1981), de la que era diseñador de producción. El director vio a Paxton en la película Hombres de hierro (1983) y cuando necesitó un reemplazo de última hora para el papel de punk en Terminator le llamó. El actor sólo participó dos días en la película.
El resto del reparto lo formaron Bess Motta (en el papel de Ginger Ventura, la compañera de piso de Sarah), Rick Rossovich (como Matt Buchanan, el novio de Ginger), Earl Boen (interpretando el papel Dr. Peter Silberman), Dick Miller (en la piel del dependiente de la armería) y Brian Thompson (como un punk asesinado por el terminator).
RODAJE
El rodaje tuvo lugar entre el 8 de febrero de 1984 y el 12 de mayo del mismo año. La película se filmó principalmente en localizaciones de Los Angeles, aunque algunas escenas se rodaron fuera de la ciudad angelina, pero cerca de ella, como en Van Nuys (casa de la primera Sarah Connor), South Pasadena (restaurante donde trabaja Sarah), Little Rock (gasolinera de la escena final), City of Industry (escena de la factoría) y Huntington Park (motel donde se alojan Sarah y Reese).
Fue un rodaje rápido y agotador, y mayormente nocturno para así mantener los bajos costes. Esa falta de presupuesto fue lo que llevó a rodar algunas escenas al estilo guerrilla, para así evitar pagar los permisos de rodaje. En una ocasión, Cameron despertó a Schwarzenegger a las 3 de la mañana y se lo llevó en una furgoneta hasta un vecindario, donde tenía todo preparado para rodar la escena en la que el T-800 roba un coche tras romper el cristal de un puñetazo. También rodaron sin permiso el plano final de la película, con Sarah Connor alejándose hacia la tormenta. En medio del rodaje de la escena apareció un coche de policía, y todo podría haber acabado muy mal, pero el supervisor de efectos especiales, Gene Warren Jr., le dijo al policía que estaban rodando el proyecto de la escuela de cine de su hijo (que estaba en el rodaje ayudando a su padre) y que estaban filmando el último plano. El policía se lo creyó y pudieron seguir rodando. En la escena no participó Linda Hamilton, ya que no estaba disponible, así que la asistente de Hurd hizo de Sarah Connor. Y el perro que la acompaña no era el de otras tomas, Hurd utilizó al perro de su madre.
Schwarzenegger trató durante el rodaje de no relacionarse con Hamilton y Biehn. "Cuanta menos química, tanto mejor," reconocía el austriaco. "Es decir, Dios no quiera que haya química entre una máquina y un ser humano. Así que no pensé en ellos. Era casi como si ellos estuvieran haciendo su propio drama, que nada tenía que ver con el mío." Esto ayudó a fomentar la sensación de una máquina imparable a la que sólo le importa cumplir su objetivo, matar a Sarah Connor.
Las escenas de acción fueron difíciles de rodar y Schwarzenegger se entrenó durante varias semanas para enfrentarse a ellas. "Todos los días trabajé con armas de fuego, cuatro semanas antes de filmar y durante las dos semanas iniciales de rodaje," declaraba el actor. "Practiqué desenfundando y sacando las armas de nuevo con los ojos vendados hasta que los movimientos fueron automáticos. Pasé horas y horas en el campo de tiro aprendiendo técnicas para manejar todo un arsenal de armas diferentes, acostumbrándome a su ruido y a no parpadear."
La famosa escena del "Volveré", trajo diferencias entre Cameron y Schwarzenegger. Inicialmente estaba escrito que el cyborg dijera "I'll be back", pero el actor creía que "I will be back" sonaba más amenazante, pero Cameron se negó a cambiar lo que había escrito y se rodó como estaba en el guión.
Las escenas de Sarah como camarera al comienzo de la película fueron realmente las últimas escenas que rodó Hamilton. Tras un rodaje tan intenso y físico, los maquilladores tardaron dos horas en taparle todos los moretones que la actriz se había hecho.
Cameron y Hurd pusieron 40.000 dólares de su propio bolsillo en la película, ya que en plena post-producción, Cameron se dio cuenta que necesitaba rodar algunos planos adicionales, y no le quedó más remedio que pagarlo él mismo. Durante unos pocos días rodó el plano del T-800 entrando en el apartamento de Sarah (usaron la puerta corredera de la casa de Hurd y Cameron puso cinta adhesiva negra en los zapatos de un asistente de producción simulando ser los de Schwarzenegger), el de Reese dentro de una bolsa de cadáveres (que realmente era el portatrajes de Cameron), y el momento de la prensa aplastando la cabeza del terminator (la prensa estaba hecha de espuma y fue pintada con un spray de color plateado, y el humo que se ve en pantalla era el de un cigarrillo).
Pese a tener un bajo presupuesto, la película luce unos sorprendentes efectos visuales, como no podía ser de otra forma viniendo de un experto en ese campo como es Cameron. El director quería que los efectos se hicieran principalmente en cámara, para así no excederse con el presupuesto y para ello contrató a Gene Warren Jr. de la compañía Fantasy II Film Effects como supervisor.
Uno de los efectos que dieron más quebraderos de cabeza a Warren y su equipo fue la explosión del camión cisterna. Para crearlo tuvieron que construir una miniatura del camión y de la calle, pero cuando fueron a rodar el efecto, justo antes de la explosión, el cable que tiraba del camión para moverlo, lo hizo con tanta fuerza que rompió la maqueta y el fuego la destruyó, haciendo la toma inservible. No les quedó más remedio que construir otro modelo para conseguir la toma correcta.
La aseguradora de la película había puesto como condición para financiarla que la leyenda de los efectos de maquillaje Dick Smith (El exorcista, Starman) debía unirse al proyecto. Hurd se puso en contacto con él, pero Smith le dijo que no hacía efectos de máquinas y le dio el nombre de Stan Winston.
Este sería el inicio de una larga relación entre Cameron y Winston. "Se acercó a mí y él tenía el guión, pero lo más importante era que tenía los dibujos de cómo quería que se vieran las cosas," recordaba Winston. "Sabía lo que había que hacer para lograr esa apariencia. Nunca antes había trabajado con un director que tuviera esa clase de conocimiento sobre mi trabajo."
Winston y su equipo construyeron un endoesqueleto real y funcional para el T-800. Y se creó la mitad de otro para los planos de cintura para arriba y que iba montado sobre los hombros de un miembro del equipo de Winston.
Y para los planos del T-800 en movimiento de cuerpo entero, se tuvo que recurrir al stop-motion. Para ello se construyó una maqueta a escala 1:3 del endoesqueleto y para hacer creíble que tenía vida se usaron desenfoques (aplicando vaselina en la lente) y movimientos de cámara.
También crearon efectos de maquillaje protésicos para Schwarzenegger que mostraban los daños que iba sufriendo el T-800. Esto no hizo nada fácil el trabajo del actor, ya que cuando se ponía el ojo rojo del terminator, el cable que lo hacía encenderse se calentaba hasta quemarle.
En el verano de 1984, se hizo un pase de prueba para los ejecutivos de Orion y a estos no les gustó la película. "Medavoy fue muy negativo," recordaba Cameron. "Fue prácticamente lo contrario a un servicial y comprensivo ejecutivo. Nunca entendió la película."
Terminator apenas fue promocionada por Orion, la distribuidora se centró en promocionar Amadeus (1984), que terminaría ganando el Oscar. "Cameron se volvió loco," recordaba Schwarzenegger. "Le suplicó al estudio que ampliara la promoción e hiciera un mayor despliegue antes del estreno de la película." Pero desoyeron al director y la condenaron a ser simplemente una película de ciencia ficción de serie B, diciendo que este tipo de películas sólo duraban en taquilla dos semanas. El panorama era desolador para todos. "Cuando se estrenó se suponía que debíamos ir a Nueva York para la prensa," afirmaba Hamilton. "Y en el último minuto fui desinvitada porque a nadie le interesaba realmente".
Pese a tener todo en contra, la película fue un éxito, sobre todo teniendo en cuenta su bajo presupuesto. Recaudó en mercado norteamericano 38.371.200 de dólares y en el resto del mundo otros 40.000.000 de dólares.
Una vez estrenada, la película tuvo que enfrentarse a la amenaza de demanda por parte del escritor de ciencia ficción Harlan Ellison, quien alegaba que Cameron había plagiado una historia escrita para la serie The Outer Limits, correspondiente al episodio "Soldier". Ellison nunca llegó a presentar formalmente una demanda y se llegó a un acuerdo fuera de los tribunales. Según ese acuerdo en las copias posteriores de la película debía incluirse un crédito para Ellison y además éste recibió una suma de dinero nunca revelada como compensación. Este incidente incómodo a Cameron, quien alegaba que Ellison era un oportunista. "Esperaba que Hemdale y Orion pelearan por mis derechos, pero me abandonaron," recordaba el director. "La compañía de seguros me dijo que si no aceptaba el acuerdo, vendrían a por mí por los daños si ellos perdían el pleito. No tenía dinero en ese momento, así que no tuve más remedio que aceptar el acuerdo."
ESCENAS ELIMINADAS
Algunas escenas se quedaron en la mesa de montaje, pero gracias al DVD y al Blu-ray de la película podemos descubrir ese metraje cortado por Cameron. Es el siguiente:
1. Sarah abre su taquilla en el Big Jeff's Restaurant y sonríe al espejo. Cameron cortó la escena porque no la consideró necesaria.
2. El T-800 mata a la primera Sarah Connor y se sube tranquilamente a su coche mientras toda la gente del barrio huye corriendo.
3. Se muestra más metraje de los policías Traxler y Vukovich. Hay pequeños cortes, que nos muestran a ambos subiéndose a un coche camino del Tech Noir, el inicio de la persecución, y su regreso a la comisaría. Allí Vukovich toma por loco a Reese, y Traxler dice que espera que tenga razón. Y en el último corte, Reese y Sarah se encuentran con Traxler, quien está herido y sabe que va a morir, ahora cree en la historia de Reese y le da su pistola.
4. Después de llamar a su madre, Sarah busca Cyberdyne Systems en la guía telefónica. Coge la página y le dice a Reese que deben ir allí para destruir el lugar, y así cambiar el futuro. Reese le dice que no es su misión. Ambos discuten y ella se escapa corriendo perseguida por Reese. Él la alcanza y tras pelear, Reese la apunta con su pistola, pero termina desmoronándose y rompe a llorar mientras le dice a Sarah como se siente por estar en el pasado. La idea de la destrucción de Cyberdyne sería el argumento de Terminator 2: El juicio final.
5. Mientras fabrican bombas, Sarah le dice a Reese lo que quiere hacer con él una vez acabe todo.
6. Después de haberse acostado juntos, Sarah le hace cosquillas a Reese.
7. Un técnico encuentra un chip del T-800 y se lo da a su asistente para que lo lleve a I+D. Sarah es llevada a una ambulancia y se revela que el edifico en el que el terminator fue destruido es Cyberdyne Systems, compañía que creará a Skynet. Lo que produce una paradoja temporal.
VALORACIÓN
Aquella pequeña película de 1984 es hoy día todo un clásico, y es que Terminator es una película de serie B con ambición de serie A. Se nota el talento de Cameron desde el primer plano, alguien que llegaría muy lejos y revolucionaría los géneros de la ciencia ficción y la acción. Ya demuestra aquí ser un gran narrador. Hay algunas elipsis que me vuelven loco, como esa en la que Reese busca el nombre de Sarah en la guía de teléfonos y cuando lo encuentra, justo en el siguiente plano aparece ella. O esa otra del sueño de Reese con el futuro que pasa de una grúa en una obra a las ruedas oruga de un robot, en un solo cambio de plano nos hace viajar varios años en el tiempo.
Hay que reconocer que éste es el mejor guión que ha escrito el canadiense en toda su carrera. Si bien muestra un atractivo futuro post-apocalíptico con la lucha entre hombres y máquinas, lo mejor son sus sorprendentes giros y lo sumamente original que es la propuesta. Hábilmente juega a que no sepamos que traman Biehn y Schwarzenegger en su llegada al presente, algo que se resuelve en el club TechNoir (con un acertadísimo uso de la cámara lenta). Puede que ambos sean unos asesinos, ya que aunque presenciamos el asesinato de la primera Sarah Connor a manos del T-800, no sabemos quien asesinó a la segunda. Eso le da un toque extra de tensión a la historia. Otra idea brutal es que John Connor envíe a su propio padre al pasado para proteger a su madre, creando así una paradoja temporal. Que el terminator se haga pasar por la madre de Sarah imitando su voz, es una genial idea de lo más inesperada. Pero el mejor momento de la película es cuando descubrimos en el epílogo, que la persona en la que estaba pensado Sarah cuando le sacan la foto que porta Resse, es en él. El final perfecto para una gran película.
El ritmo de Terminator nunca desfallece y no da un respiro al espectador. Cameron sitúa la historia en tan solo un día, aconteciendo el grueso de la misma de noche, lo que por un lado le da un gran ritmo a la película y al mismo tiempo crea una atmósfera opresora.
Podemos ver la película como unos de esos slashers tan populares en los 80. El T-800 es un asesino implacable y casi indestructible cual Jason Voorhees o Michael Myers, que mata a mujeres una tras otra, hasta que se encuentra con toda una final girl como Sarah Connor, quien le da su merecido. Incluso hay momentos que parecen sacados de una película de terror, como el ataque del T-800 al apartamento de Sarah o cuando mata a un punk atravesándole el estómago con su brazo.
La escena de la masacre en la comisaria sigue siendo una locura a día de hoy, desde que el T-800 suelta el mítico "Volveré", presenciamos una de las escenas de acción más impresionantes que se recuerdan, cargada de una gran violencia. La escena tiene a su vez su cometido dentro de la historia, hacernos ver que el cyborg no se detendrá ante nada por cumplir su misión.
Y es que todo tiene sentido en la historia y todo encaja. Como buena muestra, la escena de sexo, que justifica que Reese sea el padre de John Connor. Y es que además la película posee una gran historia de amor, Reese viaja en el tiempo porque está enamorado de Sarah, ya antes de conocerla, y juntos sólo pasan una noche, pero que vale más que una vida entera.
Schwarzenegger nació para interpretar al terminator, su impresionante forma física ayudan a hacer más amenazantes cada una de sus apariciones. Además el austriaco se mimetiza a la perfección con un robot, haciendo creíble que es el asesino perfecto.
Linda Hamilton sabe transmitir el peso que recae sobre su personaje, quien descubre que el destino de toda la humanidad depende de ella. La película plantea a través de su personaje lo que es vivir sabiendo que se conlleva una gran responsabilidad.
Memorable es también la potente banda sonora de Brad Fiedel, quien se superaría a si mismo en la segunda parte.
Por mucho que Terminator 2: El juicio final siempre se haya llevado el mérito como la mejor película de la saga, siempre he creído que la primera parte es mejor, aquí ya está todo (los viajes en el tiempo, la guerra entre hombres y máquinas en el futuro, dos enviados al pasado con diferentes misiones, la fuga continua siendo perseguido por un cyborg, la acción desenfrenada, el destino de la humanidad en manos de una persona, etc), la segunda parte sólo lo llevó más lejos con mucho más presupuesto. Pero lo que me gusta de Terminator son sus ideas, que hacen más que cualquier efecto visual grandilocuente. La película respira gusto por la buena ciencia ficción y resulta una experiencia inolvidable. Hoy día es ya un icono. Era la carta de presentación de un director que nos daría muchas alegrías, alguien que como su terminator, resultó ser una máquina imparable a la hora de cosechar éxitos. Y ésta es una de sus mejores películas. El terminator volvió una y otra vez, pero nunca fue tan memorable como su primera aparición.
CURIOSIDADES
Con sus 107 minutos de duración es la película más corta de la saga Terminator.
Según Michael Biehn, fue un doble quien rodó el momento en el que Kyle Reese cae sobre el asfalto cuando llega al presente.
Está incluida en el libro "1001 películas que debes ver antes de morir" de Steven Jay Schneider.
Nunca se refieren al terminator como T-800 en toda la película.
Sarah Connor tiene 18 años, por su parte Linda Hamilton tenía 27 cuando rodó la película. Kyle Reese tiene 21 años mientras que Michael Biehn tenía 27.
Al principio de la película el terminator aplasta un camión de juguete, al final de la película el cyborg es atropellado por un camión del mismo modelo.
Peter Kent fue contratado para hacer la película poco después de llegar a Hollywood y terminó haciendo de doble de Arnold Schwarzenegger en las escenas de riesgo, aunque nunca había hecho trabajos de especialista antes. Kent se convirtió en el doble de Schwarzenegger durante gran parte de su carrera.
La voz del contestador de Sarah Connor que cancela una cita con ella es la de James Cameron.
Wolfie, el perro de James Cameron, puede vérsele en el Tiki Motel.
Tardaron seis meses en construir el animatronic de la cara de Schwarzenegger.
William Wisher, guionista de la película, tiene un cameo como el oficial de policía al que el terminator roba el coche tras la escena del callejón.
La inicial del segundo nombre de Sarah en "J", puede verse en la guía telefónica, pero nunca es revelado en esta película ni en Terminator 2: El juicio final (1991).
El terminator que se infiltra en el campamento humano en la secuencia del sueño de Resse es Franco Columbu, amigo de Schwarzenegger, que ha trabajado en muchas de sus películas.
La primera escena que rodó Schwarzenegger fue aquella en la que el T-800 busca a Sarah en el garaje conduciendo un coche de policía.
Tony Banks, teclista del grupo Genesis, fue considerado para componer la banda sonora de la película, pero estaba ocupado con la partitura de Droides (1984) y no pudo hacerse cargo.
El T-800 es el único personaje que aparece en la lista de 100 héroes y villanos del "American Film Institute" tanto en la lista de héroes (por Terminator 2: El juicio final) como en la de villanos (por Terminator).
Según Schwarzenegger, se rodó una escena descartada del montaje final, en la que el T-800 tras ver un anuncio de cerveza, bebía una y se caía al suelo rodando.
El T-800 sólo dice 17 frases en toda la película.
El nombre del club nocturno en el que el T-800 trata de matar a Sarah se llama "Tech Noir", género con el que Cameron acuñó a Terminator. El director hizo construir el local a propósito para el rodaje y muchas personas trataban de entrar en él al creer que era un club real.
Se necesitaron 26 tomas para captar correctamente el momento en el que Reese lanza una granada al pie de una de las máquinas de Skynet.
El body count de la película asciende a 34 muertos, incluido el terminator.
El camión cisterna que aparece en el clímax de la película, lleva escrito el logo "J and G", el cual es una referencia a James Cameron y Gale Anne Hurd.
El popular "clank" de la banda sonora fue compuesto por Brad Fiedel golpeando un micrófono con una sartén de hierro fundido.
Al agente de Cameron no le gustó la idea que éste había concebido para Terminator, y le sugirió que trabajara en otra cosa. Por esa razón el director lo despidió.
En la escena del callejón, cuando el T-800 rompe de un puñetazo el parabrisas del coche de Sarah y Reese, se utilizó un brazo hidráulico, siendo la escena perfectamente coreografiada para que pareciera hecho por el auténtico brazo de Schwarzenegger.
La revista Time la situó en su lista de las 10 mejores películas de 1984.
Durante una pausa del rodaje, Arnold Schwarzenegger fue a un restaurante del centro de Los Angeles para almorzar y no se dio cuenta que iba todavía caracterizado como el T-800 con un maquillaje que mostraba la mandíbula expuesta, un ojo perdido y la carne quemada.
La mira láser de la pistola que utiliza el T-800 fue construida expresamente para la película, y no funcionaba como se ve en la película, como por aquel entonces las baterías que utilizaban eran bastante grandes, ocultaron el cable debajo de la manga de Schwarzenegger.
En la escena en la que el T-800 se extrae un ojo dañado, aunque la cabeza del terminator es un animatronic, las manos que se ven son las de Schwarzenegger.
Michael Biehn es mordido en la mano por Sarah, lo mismo que le sucede al actor en Aliens (1986) y Abyss (1989). Todas dirigidas por James Cameron.
Éste fue el primero de muchos papeles del actor Stan Yale como vagabundo. Es quien grita, "Ese desgraciado me ha robado los pantalones."
Aunque en el momento de rodarse la película ya existía el sonido estéreo, el bajo presupuesto de la misma hizo que se grabara con sonido mono.
El popular "Volveré" ocupó el puesto 37 del top 100 de frases de cine del "American Film Institute". Y ocupó el número 95 de la lista de "Las 100 mejores frases de cine" de Premiere.
En el tratamiento original de Cameron había varias ideas que fueron descartadas posteriormente. Una de ellas era que Sarah Connor tenía unos clavos quirúrgicos en la pierna debido a una vieja lesión de patinaje y el T-800 le corta las piernas a las otras Sarah Connor para descubrir si se trata de la correcta. Otra escena mostraba como el terminator robaba al comienzo de la película un coche a una anciana. E inicialmente Cameron había previsto que el T-800 tuviera que comer periódicamente para mantener fresca su carne humana, llegando en una escena a comerse una barrita de caramelo con envoltorio incluido.
Durante la persecución final, antes de cada explosión puede verse un fogonazo blanco, el cual es un truco del editor Mark Goldblatt, quien empalmó un fotograma de ese color para potenciar las explosiones. Cameron utilizaría el mismo truco en Aliens (1986).
Como debía afeitarse las cejas para simular las consecuencias de las quemaduras que sufre el T-800 en la escena del callejón, Schwarzenegger las aseguró en la Lloyd's of London.
Fue idea de Michael Biehn que Reese se enfade y comience a gritar durante el interrogatorio del Dr. Silberman.
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