"Bitelchús, Bitelchús, Bitelchús."
Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quieren conocer partes esenciales de la trama de la película.
Los Maitland son un feliz matrimonio que fallece en un accidente de coche. Tras convertirse en fantasmas deberán vagar en su casa durante 125 años. Y si no tuvieran problemas suficientes, una excéntrica familia se muda a su hogar. Los Maitland intentarán echarlos por todos los medios, pero cuando ven que les resulta imposible, recurren a un demonio de nombre Bitelchús.
Ahora que parece que su secuela está más cerca que nunca de realizarse, es un buen momento para hablar sobre esa pequeña maravilla que es Bitelchús (Beetle Juice, 1988).
EL FANTASMA DE LOS FANTASMAS
Tras el éxito de su anterior película, La gran aventura de Pee Wee (1985), Tim Burton estuvo un largo tiempo buscando un nuevo proyecto en el que embarcarse. Le ofrecieron muchos guiones, pero ninguno que le llamara la atención. Por aquel entonces, Burton ya estaba trabajando en el guión de Batman (1989), pero la Warner no estaba convencida en cederle las riendas del proyecto.
Un buen día el productor David Geffen le entregó un guión escrito por Michael McDowell, de extraño título, Bitelchús. Burton ya conocía a McDowell porque habían trabajado juntos en un episodio de la serie Alfred Hitchcock presenta (1985-89). El proyecto había pasado por las manos de Wes Craven, pero el director eventualmente quedó fuera de la película. Tras leer el guión, Burton quedó encantado con la idea de convertirlo en película, el libreto contenía muchos elementos comunes de su universo particular y le daba la posibilidad de explotar muchas ideas, según palabras del propio director el guión "No tenía historia real, no tenía ningún sentido, era más como pura intuición. Aquél debía ser el guión más amorfo de la historia."
Este guión se diferenciaba del finalmente rodado en que era una historia de horror. Originalmente Bitelchús era un demonio reptiliano con alas que se transformaba en un pequeño hombre de Oriente Medio para poder interactuar con los Maitland y los Deetz. El personaje de Lydia era más secundario y tenía una encantadora hermana pequeña llamada Cathy, que era quien realmente podía ver a los Maitland. La muerte de éstos en el puente era más violenta y gráfica. Bitelchús era mostrado de una forma más oscura, siendo su objetivo matar a los Deetz, incluso llegaba a matar a Cathy al final de la película (adoptando la forma de una ardilla) e intentaba violar a Lydia. El limbo al que los Maitland iban a parar cada vez que salían de su casa estaba compuesto por enormes engranajes de reloj que destruían el tejido del tiempo y del espacio a su avance. La historia terminaba con los Maitland, los Deetz y Otho realizando un exorcismo para destruir a Bitelchús y con los Maitland encogiendo su tamaño y yendo a vivir a una replica de su casa en la maqueta de Adam. Al reescribir el guión éste se convirtió en una comedia, el personaje de Bitelchús fue suavizado y los personajes de Lydia y Cathy se unificaron en uno solo.
Michael McDowell y el
productor Larry Wilson trabajaron codo con codo para mejorar el guión, pero tras mucho tiempo trabajando en él Burton se dio cuenta de que aquello no progresaba,
de modo que contrató a Warren Skaaren (Batman), un guionista conocido por
"arreglar" guiones, quien hizo que las cosas realmente funcionasen.
Burton quería que Sammy Davis Jr. interpretase a Bitelchús, pero los ejecutivos del estudio no se lo permitieron. Fue David Geffen quien pensó en Michael Keaton para interpretar al bioexorcista. Keaton inicialmente rechazó el papel, pero fue tras su encuentro con Burton cuando se interesó por el personaje. Y a su vez Burton se interesó por el actor. Tras reunirse con él, el director se dio cuenta que era el actor perfecto "Cuando conocí a Michael empecé a ver el personaje de Bitelchús" declaró Burton. "No le conocía bien, no conocía su trabajo, pero está loco. Michael es enloquecido y vitalista y tiene un par de ojos geniales. Me fascinan los ojos de la gente y desde luego, él los tiene salvajes." Gran parte de las ideas
relacionadas con el personaje de Bitelchús, fueron fruto de la
improvisación con Keaton. Director y actor se reunían en casa del segundo y ambos le fueron dando forma al personaje, así poco a poco Bitelchús cobró
vida. Para el actor la actitud de Bitelchús era "Escribo mi propia realidad. (...). No hay barreras. Puedo hacer lo que quiera y bajo cualquier racionalidad que quiera." Y sobre el diseño del personaje Burton afirmaba que "Queríamos que pareciera que Michael había salido de debajo de una roca, por eso tiene musgo y moho en la cara."
Los compañeros de Bitelchús, muertos y no muertos, fueron interpretados por Geena Davis (la única miembro del reparto que abiertamente siempre quiso hacer la película), Alec Baldwin (que expresó su descontento porque su personaje parecía demasiado aburrido), Winona Ryder (que había llamado la atención del director tras verla en Lucas), Catherine O'Hara (que sustituyó a la inicialmente prevista Anjelica Huston), Jeffrey Jones (a quien no le convencieron las primeras versiones del guión, pero aceptó participar en la película tras reunirse con Burton) y Sylvia Sidney (a quien Burton llamó personalmente para covencerla de que participase en la película, tras varias negativas, aceptó cuando Micheal Keaton entró en el proyecto).
El rodaje comenzó el 11 de marzo de 1987 y el pueblo de East Corinth (Vermont) fue el escogido para acoger el hogar de los Maitland, allí se edificó su casa y una vez concluyó el rodaje fue destruida. Por su parte, las escenas de interior se filmaron en los Culver Studios (California).
Una de las cosas que más llaman la atención de la película son sus
efectos visuales (que sólo supusieron 1 de los 15 millones de su
presupuesto), según palabras del propio Burton "Queríamos que los efectos fueron algo antiguos". La película está llena de entrañables efectos stop-motion, miniaturas, efectos de maquillaje, uso de pantalla azul y animatronics, que le dan un punto de encanto añadido a la película.
Danny Elfman realizó la banda sonora de película, como en la mayoría de films de Burton. Su composición para Bitelchús es una de sus mejores y más representativas obras y la que marcaría su estilo de ahí en adelante.
El famoso gag final en el que un brujo reduce la cabeza de Bitelchús surgió porque según Burton "Nunca tuvimos un verdadero final, así que rodamos diferentes cosas y les enseñamos un par al público de los pases previos; ellos eligieron ésa. Pero la película es tan aleatoria, en cierto sentido, que no tenía un verdadero final. Aún no lo tiene, pero era lo mejor que podíamos hacer."
La película fue un gran éxito de taquilla, recaudando en los EE.UU. 73.707.461 de dólares. Además ganó un merecido Oscar en la categoría de mejor maquillaje (Ve Neill, Steve LaPorte y Robert Short). Ese éxito no sólo demostró que lo extraño y diferente podía triunfar en taquilla, además mostró a Burton como un director comercial y permitió que la Warner diera luz verde a Batman.
ESCENAS ELIMINADAS
Inicialmente estaba previso que cada vez que los Maitland salieran de su hogar se encontraran un limbo diferente. Uno de ellos, era el que comentaba anteriormente, con los engranajes gigantes destruyendo el tejido del tiempo y del espacio. Se llegó a filmar, pero se terminó descartando y haciendo que el único limbo fuera el de Saturno.
La escena en la que Bitelchús convertido en serpiente ataca a los Deetz se filmó originalmente con un diseño diferente del monstruo, que carecía de cualquier rasgo de Michael Keaton, siendo prácticamente una serpiente gigante.
Otra coda que se filmó para cerrar la película mostraba a Old Bill, el barbero del pueblo que aparecía al comienzo de la película, en la sala de espera volviendo loco a Bitelchús.
VALORACIÓN
Bitelchús fue la primera gran película de Burton y la primera con el sello del director. En ella están prácticamente todas sus señas de identidad, gusto por lo macabro, uso de efectos tradicionales, inclusión de cementerios y esqueletos, humor negro, personajes inadaptados, extraños o excéntricos, grandes maquillajes o la inconfundible música de Danny Elfman.
La puesta en escena de Burton se basa en la regla de un plano, una idea. Cada plano de la película tiene algo especial que lo hace único y que lo diferencia de los demás. Bitelchús se convierte en una experiencia irrepetible, todo en ella es nuevo y original, nunca se había visto nada igual antes.
Burton imprime a la película su peculiar sentido del humor, negro y
extraño, consiguiendo momentos tan brillantes como la muerte de los
Maitland provocada por un inofensivo perro, la sala de espera del más allá donde hay todo
tipo de muertos a cada cual más original (desde una ayudante de mago
cortada por la mitad, hasta un surfista que ha sido mordido por un tiburón) o el mostrar la muerte como parte de una burocracia. Además de llenar la película de detalles de genio como que el color del puente en el que mueren los Maitland sea rojo (premonizando simbólicamente su trágico final) o como introduce al perro que provocara su muerte de forma casi subliminal cuando el matrimonio viaja al pueblo.
Aunque todo el reparto está fantástico, la gran estrella de la función es Michael Keaton, en el mejor papel de su carrera, donde pudo dar rienda suelta a todo su potencial histriónico. Cada una de las apariciones de Bitelchús (que sólo sale en pantalla durante 17 minutos) son antológicas.
Bitelchús le da la vuelta a la clásica historia de fantasmas mostrándola desde la perspectiva de los muertos y haciendo que éstos nunca den miedo a los nuevos habitantes de su casa, lo cierto es que son los fantasmas quienes lo pasan mal. La película se ríe de todo, hasta de la muerte. Y es más perversa e irreverente de lo que pueda parecer a primera vista, los dos personajes más positivos de la película mueren nada más comenzar la historia y Bitelchús quiere casarse con Lydia, que es sólo una niña. Lo que no es exactamente lo que uno espera encontrarse en una comedia de Hollywood.
La película es como un corto de Tex Avery, con un
personaje loco con el que todo es posible y que pone el mundo patas
arriba, Bitelchús es de lo más cartoon que uno pueda encontrarse en imagen real. Y esa locura se adueña de la pantalla y nos hace partícipe de ella.
Lo mejor de Bitelchús es que es terriblemente
original e impredecible, nunca sabes lo que va a suceder, que va a pasar
después de cada escena, la película siempre sorprende con giros que
jamás hubiéramos imaginado. No hay estructura como tal, son los gags y dichos giros los que van construyendo la historia, de pronto los Maitland salen de su casa y van a parar a un
limbo en Saturno lleno de monstruos gigantes, como Bitelchús se "muda" a
su maqueta, de forma inesperada todos los personajes se ponen a cantar "Day-O" o los Maitland viajan al más allá a través de una puerta que pintada en una pared. Esa capacidad de infinita imaginación y sorpresa hace que su visionado sea como golosinas para los ojos.
No hay ningún tema del que trate el film, éste es pura comedia, pura inventiva, no hay segundas lecturas, ni temas profundos, pero consigue a base de tener una personalidad propia, ser una experiencia irrepetible. Y es increíble que una película que no trata de nada consiga funcionar, que desarrolle a sus personajes (todos evolucionan en mayor o menor medida salvo Bitelchús, lo que es otro acierto) y que la historia avance igualmente, pero lo hace. Funciona de una forma difícil de explicar, pero que parece muy sencilla. Por todo ello Bitelchús es una auténtica genialidad, tan buena, que merece repetirse tres veces.
Curiosidades:
Juliette Lewis fue considerada para el papel de Lydia.
Ésta es la película favorita de Michael Keaton de todas en las que ha trabajado como actor.
El nombre de Bitelchús es dicho 15 veces en la película. 8 veces por Barbara, 5 por Lydia y 2 por Juno.
Los ejecutivos de la Warner no estaban convencidos del título de película tras los pases de prueba y llegaron a planterase cambiarle el título por "House ghosts" (Fantasmas caseros), de forma irónica Burton les sugirió cambiarlo por "Scared sheetless" (Cagados de miedo) y quedó horrorizado cuando los ejecutivos consideraron hacerlo.
La participación de Michael Keaton en el rodaje se limitó a 2 semanas.
El nombre de Bitelchús (Betelgeuse en la versión original) fue tomado de una estrella de la constelación de Orión.
La película generó una serie de animación de título homónimo que se mantuvo en antena durante 4 temporadas.
Después del estreno de la película Jonathan Gems (
Mars attacks!) trabajó en el guión de la secuela, de título "
Beetlejuice goes hawaiian", con Burton involucrado en el proyecto, pese a completarse el guión nunca llegó a realizarse.
Cuando al comienzo de la película aparece el logo de la Geffen Company y suena la canción "Day-O (Banana Boat Song)", la voz que escuchamos es la del compositor Danny Elfman.
En el gorro que Bitelchús lleva al final de la película, puede verse en
lo alto del mismo la cabeza de un esqueleto, que parece una versión
primigenia del Jack Skellington de Pesadilla antes de Navidad (1993).
Catherine O'Hara conoció durante el rodaje a su futuro marido, el diseñador de producción Bo Welch.
Originalmente para la escena de la cena en la que todos los personajes mágicamente se ponen a cantar, estaba previsto que la canción fuera un tema de la Motown, pero Burton prefirió un tema de música calipso, eligiendo "Day-O (Banana Boat Song)" de Harry Belafonte.
La película fue nominada a los premios BAFTA en las categorias de mejor maquillaje (Ve Neill, Steve LaPorte y Robert Short) y mejores efectos visuales (Peter Kuran, Alan Munro, Robert Short y Ted Rae).
También fue nominada a los premios Saturn en las categorías de mejor director (Tim Burton), mejor actor secundario (Michael Keaton), mejor guión (Michael McDowell y Warren Skaaren), mejor música (Danny Elfman) y mejores efectos visuales (Peter Kuran, Alan Munro, Robert Short y Ted Rae). Ganando en las categorías de mejor película de horror, mejor actriz secundaria (Sylvia Sidney) y mejor maquillaje (Ve Neill, Steve LaPorte y Robert Short).