El secreto de la pirámide
"Comienza el juego."
Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quiere conocer partes esenciales de la trama de la película.
Sherlock Holmes y John Watson se conocen en sus años de colegio y pronto se ven envueltos en una misteriosa serie de asesinatos, que están relacionados con un culto egipcio. Sólo ellos pueden resolver el caso.
SHERLOCK HOLMES Y LA PIRÁMIDE DEL MIEDO
El origen de El secreto de la pirámide (Young Sherlock Holmes, 1985) vino de un encargo que Paramount Pictures le hizo al guionista Chris Columbus, recién salido del éxito de Gremlins (1984). Simplemente le dieron una premisa, la amistad entre Sherlock Homes y el Dr. Watson durante sus años de colegio. De ese simple planteamiento Columbus escribió una historia original, pero tomando la obra de Arthur Conan Doyle como guía. El guionista reconocía que, "estaba muy preocupado por ofender a algunos puristas de Holmes."
Igual por eso la Paramout le pidió permiso a la hija de Conan Doyle, Dame Jean Conan Doyle, para hacer uso de algunos de los personajes creados por su padre, asegurándole que la película sería respetuosa con su obra. Ella dio su consentimiento y además hizo algunas sugerencias sobre el guión.
Con "Young Sherlock Holmes and the Pyramid of Fear" (que era el título original del guión), lo importante para Columbus era explicar "porque Holmes llegó a ser tan frío y calculador, y porque estuvo sólo por el resto de su vida. Eso es porque él es tan emocional en la película, como un muchacho, estaba dominado por la emoción, se enamoró del amor de su vida, y como resultado de lo que sucede en esta película, se convierte en la persona que será después."
En el verano de 1984, Michael Eisner, por aquel entonces presidente de Paramount Pictures, le envió a Steven Spielberg el guión de El secreto de la pirámide. Su intención era clara, que Spielberg fuera el productor ejecutivo de la película. Una vez leyó el guión, a Spielberg no le quedó otra opción que aceptar la propuesta de Eisner. Elemental... El secreto de la pirámide se convirtió así en una producción de Amblin Productions.
Spielberg hizo contribuciones en el guión, relacionadas con las escenas de las alucinaciones que sufren diferentes personajes de la película. Y su implicación fue tal, que también escogió al director del proyecto, siendo el elegido Barry Levinson, una elección de entrada curiosa, porque nunca había realizado una película de aventuras. El director de Parque Jurásico defendía su elección afirmando que, "sentí que Barry era una especie de director de acción-aventura frustrado que siempre había querido una oportunidad para de hacer una historia de aventuras en una película. Pasamos mucho tiempo hablando y él habló sobre el tempo y el ritmo, sobre no tener aire muerto, sin tiempo para encontrar los agujeros en la historia, sólo yendo directamente a través con un montón de energía. Él dijo '¡Me gustaría que esta película fuera bim bam bum!' Estaba convencido que podía hacerlo."
Nicholas Rowe y Alan Cox fueron escogidos entre otros 11.000 jóvenes para interpretar a Sherlock Holmes y John Watson respectivamente. Rowe tuvo que hacer hasta cinco audiciones para conseguir el papel, y tuvo que competir por él, con un por aquel entonces desconocido, Hugh Grant.
Para el papel del entrañable Profesor Waxflatter se consideró originalmente a Trevor Howard, pero éste terminó recayendo en Nigel Stock. Y Brian Oulton reemplazó al inicialmente previsto Maurice Denham en el papel del Maestro Snelgrove.
El resto del reparto se completó con los nombres de Sophie Ward (como Elizabeth Hardy, el interés amoroso de Holmes), Anthony Higgins (como Rathe, profesor y rival de Holmes), Susan Fleetwood (interpretando a la hermana de Rathe), Freddie Jones (dando vida a Chester Cragwitch), Roger Ashton-Griffiths (en el papel del siempre inepto Lestrade) y Earl Rhodes (como el insoportable Dudley).
RODAJE
El rodaje comenzó a finales 1984 y se prolongó durante 13, tenido lugar entre los EMI-Elstree Studios y diversas localizaciones de Inglaterra, principalmente en las ciudades de Oxford y Eton.
La ficticia Escuela Brompton, a la que acuden Holmes y Watson, cobró vida gracias a la suma de Penshurst Place (clase de esgrima), Radcliffe Square (exteriores de la escuela), el Castillo Belvoir (cuando Holmes y Watson ven como Waxflatter intenta hacer volar su máquina voladora), los Colegios Brasenose (exterior de la escuela), Radley (escena de Elizabeth persiguiendo a su perro) y Eton (patio de la escuela y clase donde Holmes es acusado de copiar). Según el diseñador de producción Norman Reynolds, la Escuela Brompton "tiene lo mejor de todos esos lugares."
En los EMI-Elstree Studios se rodaron, entre otras, la pelea final entre Holmes y Rathe, que tiene lugar sobre el Tamesis congelado y las escenas del interior de la pirámide. Y por causa de la dificultad de encontrar localizaciones reales, que mantuvieran la apariencia victoriana del Londres de finales de 1800, llegaron a construir una pequeña parte de la ciudad en el estudio.
Para las escenas navideñas rodadas en Oxford, se usó nieve falsa, la cual mató parte de la hierba de la famosa universidad, Spielberg se encargó de reembolsar el coste de su reemplazo.
Para dar la imagen obesa ligada al personaje de Watson, el delgado Alan Cox tuvo que ganar peso para el papel, para ello se dedicó a comer e ir al gimnasio para así ganar masa muscular, llegando a aumentar 3,5 kilos de peso. Además el actor tuvo que llevar un traje con relleno para terminar de dar la imagen oronda de un perfecto Watson.
Y como todo adolescente, Cox estaba en plena etapa de crecimiento durante el rodaje y antes de finalizarlo había crecido tanto, que en las escenas finales tuvieron que filmarlo a distancia de los demás actores o bien sentado, para disimular su diferencia de altura con las escenas previamente filmadas.
"Quería obligarme a trabajar en el área de los efectos especiales," declaró Levinson. Y la verdad es que se metió de llenó, porque El secreto de la pirámide hizo gala de unos excelentes efectos visuales para la época, convirtiéndose en todo un referente en este campo. El ganador de nueve Oscars, Dennis Muren, fue el supervisor de efectos visuales de la película, los cuales corrieron a cargo de la Industrial Light and Magic, que hizo realidad la última palabra de su nombre, creando lo imposible. Para la ocasión se usaron miniaturas, matte paitings, efectos ópticos, stop-motion, animatronics y unos revolucionarios efectos CGI.
Pixar fue también responsable de los efectos visuales, cuando aún era conocida como The Graphics Group y pertenecía a LucasFilm. El mismísimo John Lasseter participó en la película, creando el momento más recordado de la misma, la escena del caballero de cristal, la cual requirió seis meses para ser completada (su duración es de treinta segundos). Fue el primer personaje generado por ordenador de forma fotorrealista mostrado en una película. "Quería que fuera algo que nadie hubiera visto," afirmaba Dennis Muren sobre el caballero y vaya si lo fue.
Para la secuencia de la alucinación de Watson, en la que es atacado por pasteles que cobran vida, se usaron marionetas, títeres de varilla y animación stop-motion. Spielberg quería potenciar más esta escena e insistió en darle alas con una patata líder de todos los alimentos, pero Levinson era de la opinión de reducir todo lo posible la escena, tras varios dimes y diretes entre ambos, al final prevaleció la opinión de Levinson. Los planos con Alan Cox requirieron de cuatro días para filmarse y toda la escena necesitó cerca de un mes para ser completada.
Y para la escena en la que Waxflatter es atacado por unas pequeñas criaturas demoníacas, se utilizó el sistema go-motion, técnica similar al stop-motion, que crea desenfoques en los movimientos de un títere, haciendo que parezcan más realistas, como aquí se hizo con las alas de las criaturas voladoras.
El secreto de la pirámide fue la primera película en la que utilizó un matte painting digital y fue obra de Chris Evans. Se creó para la escena del caballero de cristal antes mencionada, la pared y la ventana de la iglesia donde tiene lugar la escena, eran mattes pintados por Evans en acrílicos, que después el artista fotografió y escaneó a un ordenador y usando un sistema creado por Pixar, pudo manipularlos digitalmente. Finalmente el caballero digital y la acción real se fusionaron con el matte painting. Gracias a la manipulación digital, Evans pudo hacer que las líneas de mezcla entre la acción real y el matte painting fueran invisibles.
La película fue toda una precursora en el campo de los efectos visuales, luego vendrían Abyss (1989), Terminator 2: El juicio final (1991) o Parque jurásico (1993), pero los logros de éstas no serían posibles sin los adelantos que se crearon en El secreto de la pirámide.
Tales adelantos técnicos fueron recompensados con una merecidísima nominación al Oscar a los mejores efectos visuales (Dennis Muren, Kit West, John Ellis y David Allen), premio que perdería frente a Cocoon (1985).
La película tampoco tendría éxito en la taquilla, recaudando sólo 19.739.575 de dólares en territorio norteamericano, cifra lejos de la esperada e insuficiente, aunque partiese de un presupuesto de 18 millones de dólares.
VALORACIÓN
El secreto de la pirámide es uno de los mejores recuerdos cinematográficos de mi infancia, una de las producciones que guardo más cariño y que de la que he perdido la cuenta de las veces que la he visto. Y es que aventura, romance, acción y misterio se dan la mano de una forma genial.
Levinson, Columbus y Spielberg no se contentaron con hacer simplemente una buena película juvenil, se lo tomaron en serio y crearon una de las mejores películas de aventuras de los 80, realmente ambiciosa, pero al mismo tiempo divertida y extremadamente entretenida.
Pese a ser una película enfocada en el publico juvenil, no resulta infantil (salvo la escena de los pasteles que cobran vida) y no se corta con la violencia o con mostrar momentos fuertes. No olvidemos la muerte de Sophie, la dramática alucinación de Holmes (en la que se muestra a su padre como un adultero), como el Profesor Waxflatter se apuñala a si mismo, la chica sacrificada en la pirámide, a Bobster siendo atacado por un ave que está apunto de comerse o como Mrs. Dribb muere quemada viva. No es lo que uno espera encontrarse en una producción juvenil.
Y se respira respeto por la obra de Doyle, pero al mismo tiempo se le da un nuevo giro al mito de Sherlock Holmes, enfocado más en la aventura, convirtiéndolo en un héroe de acción, muy en la línea de Indiana Jones. No tengo ningún problema con eso, ya que la película funciona de maravilla. Tanto, que la considero una de las mejores películas de Sherlock Holmes que haya dado al cine, junto con La vida privada de Sherlock Holmes (1970) y Asesinato por decreto (1979).
Agradecería que Holmes descubriera la identidad de Rathe, por medio de una deducción, a la que se pudiera llegar con pistas dejadas a lo largo de la película, está claro quien será el villano, pero no me satisface como se sacan de la manga la voz en off de Watson explicando el razonamiento de Holmes, sobre algo que sucedió en el pasado y de lo que nosotros no tenemos información. Parece un recurso de guionista vago.
Hay influencias de El secreto de la pirámide en la saga Harry Potter, que no se pueden obviar. Y no sólo por la participación de Columbus en ambas (fue el director de las dos primeras entregas del jovén mago). Howarts se parece mucho a Brompton, principalmente su comedor, donde se reúnen alumnos y profesores. Ambas son historias de corte británico. Están protagonizada por tres jóvenes, dos chicos y una chica, metidos en grandes aventuras, estableciéndose una historia de amor entre la chica y uno de los chicos. Existe un gran villano al que enfrentarse. Tenemos a un joven alumno llamado a ser una leyenda. Y existen varios personajes que guardan también parecidos más que razonables, el insoportable Dudley sería el Draco Malfoy de la historia, como el anciano Waxflatter haría las veces de Dumbledore y podemos ver similitudes entre los personajes de Rathe y Severus Snape, ambos profesores de los protagonistas, tornados en villanos. Se desconoce si J.K. Rowling se inspiró en El secreto de la pirámide cuando escribió sus novelas, pero está claro que son demasiadas coincidencias para ser sólo azar.
Se razona y explica el porqué Holmes es como es en su edad adulta. Se le dan justificación a muchos aspectos en torno al personaje y lo cierto es que... ¡funciona! Pequeños detalles, como la forma en la que obtiene su pipa, son meras anécdotas, pero otras, tienen un mayor peso especifico. Como que su famoso abrigo pertenecía a Rathe y que tras vencerle toma forma de trofeo para él. O sobre todo, como la muerte de Sophie lo convierte en el ser frío y solitario que será en el futuro. Me gusta que nos muestren primero a Holmes como un joven vitalista y aventurero, para que después los hechos dramáticos ocurridos en la película, le hagan cambiar. La película juega con el conocimiento que tenemos sobre el personaje y que sabemos como será en el futuro, lo que le da una mayor dimensión a la película, que va más allá del guión, humanizando así a un personaje robótico y distante, dándole un alma que no siempre ha tenido.
Además el fin de la aventura supone también el fin de la adolescencia para Holmes y Watson. Cuando termina la película ambos han cambiado, así lo atestigua la voz en off de Watson, la perdida de alguien querido y el enfrentarse a sus miedos, pone fin a esa extraña aventura que es la adolescencia, que da paso a la madurez.
Siempre he considerado El secreto de la pirámide el mejor trabajo tras las cámaras de Barry Levinson, pocas veces se ha visto en la carrera del director la misma inventiva visual (como esos juegos con las sombras tan Spielberg) y sentido del ritmo. Me parece que está por encima de su trabajo en Rain Man (1988), por la que ganó el Oscar, para mí, un premio de lo más inmerecido.
Todo en la película está hecho con mucho mimo. Los efectos visuales fueron revolucionarios, Bruce Broughton realizó una de las mejores partituras de su carrera, la ambientación es excelente y todos los actores, jóvenes o adultos, cumplen sobradamente en sus papeles. Y además la película posee uno de mis diálogos preferidos de siempre, "Holmes, ¿y tú qué?, ¿qué quieres ser cuando seas mayor?" (Dudley), "No quiero vivir solo." (Holmes).
Está claro que me gusta y no es para menos, esta película perfecta para un sábado por la mañana, es uno de los mejores ejemplos del cine juvenil que se hacía en los ochenta. No hay que tener el talento de un gran detective para descubrir como disfrutar de un espectáculo modélico, respetuoso, que es pura evasión, sólo hay que tener ganas de pasárselo bien y es que como dice Holmes, ésta "es una aventura única en la vida."
CURIOSIDADES
El actor Nigel Stock, que interpreta a Waxflatter, había dado vida al Doctor Watson en la serie Sherlock Holmes (1964-68).
La película tiene lugar entre el 12 y el 25 de diciembre de 1870.
Michael Hordern es quien pone voz al Dr. Watson adulto.
Última aparición cinematográfica de los actores Nigel Stock, Lockwood West, Brian Oulton y Willoughby Goddard.
Primera de las tres únicas películas producidas por Amblin Entertainment, en la que se puede escuchar la música compuesta por John Williams durante su logo. Las otras dos son Esta casa es una ruina (1986) y El color púrpura (1985).
Nicholas Rowe realizó un cameo en Mr. Holmes (2015), película centrada en la vejez de Sherlock Holmes.
Tras los créditos finales existe una secuencia en la que no sólo se revela que Rathe sigue vivo, si no que además cambia su nombre por el de Moriarty.
La secuencia de los títulos de crédito iniciales, en los que una sombra se mueve por las calles de Londres, es un homenaje a los créditos de las películas de Sherlock Holmes protagonizadas por Basil Rathbone y Nigel Bruce.
El actor Ralph Tabakin participó en todas las películas de Levinson desde Diner (1982) hasta Liberty Heights (1999). En esta película tiene un cameo como el policía reflejado en una ventana, cuando el ingenio volador tripulado por Holmes y Watson, pasa por encima de su cabeza.
Anthony Higgins (Rathe) dio vida a Sherlock Holmes en la película para televisión El regreso de Sherlock Holmes (1993).
Fue el debut como productor cinematográfico del actor Henry Winkler. Había ejercido como productor ejecutivo anteriormente, pero nunca como productor como tal.
En 1987 se creó un videojuego para la plataforma MSX de título "Young Sherlock: The legacy of Doyle", que fue creado exclusivamente para el mercado japonés.
El popular mago David Copperfield utilizó la banda sonora de la película para algunos de sus números del especial de televisión The Magic of David Copperfield XIII: Mystery on the Orient Express (1991).
A su llegada a vídeo, la película fue retitulada en algunos países como "Young Sherlock Holmes and the Pyramid of Fear", retomando su título original y más indianajonesco.
Steven Spielberg estudió los efectos visuales tanto de esta película como los de Abyss (1989) y Terminator 2: El juicio final (1991) antes de ponerse manos a la obra con Parque Jurásico (1993).
Cuando Holmes y Watson se conocen, el primero supone que la inicial "J" del nombre de Watson corresponde a James. Ésta es una referencia a una de las contradicciones en las historias de Arthur Conan Doyle, en la mayoría de las cuales el nombre del personaje es John, pero en una de las historias, su mujer le llama James. La inicial en medio del nombre de Watson es "H", a la que Doyle nunca dio explicación. La opinión más extendida es que la "H" corresponde a Hamish, la cual es la variación escocesa de James.
El perro de Waxflatter se llama en la versión original Uncus, que es el nombre de una porción del cerebro, la cual guarda relación con convulsiones que son precedidas de alucinaciones, las cuales tienen una gran importancia en la película.
Stephen Norrington, futuro director de Blade (1998), fue el supervisor de los animatronics.
Alan Cox (Watson) es hijo de Brian Cox (El caso Bourne, X-Men 2, Braveheart).
La película tiene una clara influencia dickensiana, no sólo por acontecer en Navidad, hay que sumarle los nombres de los personajes, que guardan una clara inspiración a los de Charles Dickens, como Rupert T. Waxflatter, Chester Cragwitch, Mrs. Dribb, Bentley Bobster y el reverendo Duncan Nesbitt. Además en la película existe una "Curio Shop", posiblemente influenciada por "The Old Curiosity Shop", una de las novelas del escritor británico.
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