Brazil
"Éste es el recibo por su marido. Y éste es mi recibo por su recibo."
Este artículo contiene spoilers no leer si no se quieren conocer partes esenciales de la trama de la película.
En un universo futurista gris y altamente tecnológico, Sam Lowry, un joven burócrata verá como su mundo cambia cuando intente corregir un error administrativo, a causa del cual trabará amistad con un fontanero considerado un terrorista, conocerá a la mujer de sus sueños y será perseguido por el Ministerio de Obtención de Información, entidad totalitaria que vigila a todos los ciudadanos.
1984+1
Única, original, subversiva, inclasificable, imaginativa, satírica, son adjetivos que le quedan como anillo al dedo a la obra maestra de Terry Gilliam, Brazil (Brazil, 1985), mezcla de ciencia ficción, futuro distópico y comedia negra, que supone una de las obras cumbres del cine de los 80.
Según relataba el director, la idea de la película le vino de la siguiente forma "Brazil empezó cuando estando sentado en una playa de Gales, en Port Talbot, la cual era una ciudad de acero. Ellos traen el carbón de los barcos en esas grandes cintas transportadoras. Así que la playa es negra. Está cubierta con polvo de carbón. Era un día triste y horrible y tuve esa imagen de un tipo solitario sentado en esa playa con la radio puesta y de repente suena esa música que el nunca a escuchado antes (no hay música como esa en su mundo) está allí. Y eso le haría creer que hay un otro mundo allí fuera, un mundo mejor. Y esa era la América de los años 40. Nosotros siempre estábamos yendo al sur, a Río y crecí en ese tiempo de sueños. Y parecía que el mundo de los sueños estaba en algún lugar de Sudamérica, donde todo sería perfecto."
Partiendo de esa imagen el ex-Monty Python comenzó a escribir el guión ayudado por Charles Alverson, coguionista de Gilliam en La bestia del reino (1977), su primera película en solitario. Aunque Alverson cobró por su trabajó, no fue acreditado por el mismo. Más tarde se sumaron Tom Stoppard (Shakespeare in Love) y Charles McKeown (El imaginario del Doctor Parnassus) para terminar de construir el guión, el cual conoció varios títulos como, "1984 ½" (un homenaje no solo a la novela de George Orwell si no también a Federico Fellini), "The ministry" o "How i learned to live with the system... so far" hasta dar con el definitivo Brazil.El papel protagonista recayó en un actor no demasiado conocido por aquel entonces, Jonathan Pryce, papel que fue escrito especialmente para el actor y al que el actor correspondió con una interpretación excelente. Pryce se vio rodeado de un fabuloso grupo de intérpretes, donde figuraban Robert De Niro, Kim Greist, Ian Holm, Bob Hoskins, Katherine Helmond, Jim Broadbent y Michael Palin.Es necesario hablar del increíble diseño de producción (que seguro que se llevó una buena parte de los 15 millones de su presupuesto), obra de Norman Garwood y Maggie Gray, que va desde los decorados, pasando por todos los artilugios vistos a lo largo el film y sobre todo por esa enorme ciudad, que termina convirtiéndose en un personaje más. El excelso trabajo de Garwood y Gray fue recompensado con una de las dos nominaciones al Oscar que recibió la película, la otra seria al mejor guión original para Terry Gilliam, Tom Stoppard y Charles McKeown. La película debería haber recibido varias nominaciones más aquel año y como mínimo una para Michael Kamen por su excelente banda sonora.
La idea de Gilliam era tomar elementos de diferentes épocas y ponerlos todos juntos, edificios de los años 20, vehículos de los 50, posters de propaganda similares a los de la Segunda Guerra Mundial, televisión que emite películas de cine clásico, vestuario que abarca varias décadas de mitad de siglo y alta tecnología parece diseñada en la década de los 50. Todo esto crea la sensación de un mundo futuro asentado en el pasado. Y es imposible no ver la influencia que esa estética tuvo en films posteriores como en los Batman de Tim Burton, el Dark city de Proyas o las películas que Jeunet y Caro realizaron juntos. Estos últimos fueron los que definieron (acertadamente) el estilo de la película como retrofuturismo.Para completar la película fueron necesarios 9 meses de rodaje, 6 de montaje, conflictos con la actriz protagonista y la perdida de sensibilidad de las piernas de Gilliam causado por el estrés del rodaje. Pero la historia de Brazil sólo acababa de empezar...
LA BATALLA DE BRAZIL
En enero de 1985 Gilliam completó la película, el montaje era de 142 minutos. La productora Universal tenía los derechos de distribución de EE.UU. y la 20th Century Fox los del extranjero. Esta última aceptó el montaje de Gilliam y estrenó la película, primero en Europa, donde cosechó muy buenas críticas. Pero Universal decidió no estrenarla en suelo norteamericano, según Sid Sheinberg, presidente de la compañía por aquel entonces, el final era demasiado deprimente y suponía que la película sería un fracaso. Además Gilliam se había comprometido por contrato que la película no excedería los 132 minutos, cosa que incumplió. Por estas causas la película cayó en un embargo por parte de la productora y su estreno se vio pospuesto sine die. Así comenzó la batalla de Brazil.Gilliam creó un nuevo montaje de 132 minutos ayudado por el editor Julian Doyle para así cumplir sus obligaciones contractuales. Universal hizo su propia versión de una duración de 94 minutos editada por Bill Gordean y Steve Lovejoy, esta versión fue posteriormente conocida como la "Love conquers all", que poseía el deseado happy end de Sheinberg. Dicha versión eliminaba varias de las secuencias de los sueños y hacía mayor hincapié en el humor usando todo el material posible de Sam y Jill. Se perdía toda la parte final de la película con el fatal destino de Sam. Todo terminaba con Jack y Jill escapando de la ciudad y viviendo felices en una casa en el campo.Para conseguir que la Universal estrenase su versión de la película, Gilliam decidió prescindir de los abogados y atacar a la productora de una forma mucho más personal, para ello el 2 de octubre de 1985 publicó un anuncio a página completa a modo de esquela en la famosa revista Variety que decía "Querido Sid Sheinberg, ¿Cuando vas a estrenar mi película 'BRAZIL'? Terry Gilliam".
No contento con esto, Gilliam acompañado de Robert De Niro, fue al programa Good morning America para hablar sobre la película. En un momento de la entrevista el presentador le comentó a Gilliam "Bueno Terry, he oído que tienes problemas con este estudio". Gilliam respondió "No tengo problemas con este estudio. Tengo problemas con un hombre, su nombre es Sid Sheinberg y luce así" y mostró a cámara una foto de 8x10 de Sheinberg que llevaba encima. Lo que hizo enfurecer más aun a Sid Sheinberg.
Gilliam se convirtió en el Sam Lowry de la historia, pero en lugar de luchar contra la sociedad que le ha tocado vivir, lo hizo contra la industria de Hollywood.Más tarde le invitaron a dar una clase de cine en la USC (Universidad del Sur de California), Gilliam accedió y preparó para la clase un clip de la película como ayuda audiovisual. Cuando el estudio se enteró, no permitió que se mostrase el clip de la película. Durante la clase, Gilliam fue interrumpido por llamadas telefónicas de los ejecutivos del estudio. Ellos permitieron finalmente que se mostrase el clip. El video que mostró era realmente la película entera.
Varios pases privados más tuvieron lugar, incluyendo uno para los miembros de Los Angeles Film Critics Association en un cuarto trasero del Club de Tiro de Beverly Hills. La gran apuesta de la Universal para ese año era Memorias de África y sucedió algo imprevisto el día de su estreno, Brazil recibió los premios de mejor película, mejor director y mejor guión del año por parte de Los Angeles Film Critics Association. No era necesario que la película hubiese sido estrenada, sólo que fuese realizada. Esto empañó la que debería haber sido la gran noche de la Universal. A vista de todo el mundo, se habían negado a estrenar la que era considerada la mejor película del año. Después de eso el estudio decidió estrenar el 20 de diciembre la versión de 132 minutos de Gilliam, aunque sólo en una sala de Los Angeles sin promocionarla lo más mínimo. Con el tiempo se aumentarían el número de salas, pero dentro de un marco minoritario, aun así la película recaudaría en los EE.UU. 9.929.135 de dólares.Al final Gilliam logró algo que Lowry nunca consiguió, un final feliz y Brazil no se quedó sólo en el mundo de los sueños y de las películas perdidas. Fue el final de la batalla, la lucha por una tierra inhóspita, extraña, fértil en ideas, más allá de los límites de la imaginación y de nombre exótico, una tierra conocida como Brazil.
VALORACIÓN
Brazil siempre será recordada como la gran obra de Terry Gilliam, un reflejo de todos sus intereses, miedos, ideas, obsesiones y sobre todo, la más clara demostración de su estilo visual. Cada plano de la película guarda en si mismo una idea, un estilo propio, un algo que lo hace especial y lo diferencia del resto.La imaginería de la película no conoce fin, las escenas memorables se suceden sin descanso, principalmente en la primera mitad de la película, la mejor, dotada de una fluidez narrativa que roza la perfección (los saltos entre el mundo real y el de los sueños se hacen de manera precisa y de tal forma que ambos hilos argumentales se complementan entre sí). En la segunda mitad, que coincide con la llegada de Sam al Ministerio de Obtención de Información y el inicio de su historia de amor con Jill, todo se vuelve demasiado caótico y bizarro y hay escenas que se desarrollan de forma atropellada, como la huida de Sam y Jill del M.O.I. en el camión de ella y la posterior persecución que envuelve a ambos, aun así, esta parte es excelente y posee un buen número de escenas antológicas (la lucha por una mesa a través de una pared, Sam inutilizando el tubo neumático de su despacho), pero no alcanza el mismo nivel que la primera mitad, aunque lo compensa su portentoso final.Es fácil recurrir a la comparación con "1984", pero la película tiene su propio estilo y universo particular. Gilliam coge lo que más odia de la humanidad y lo usa para crear la que es posiblemente la mejor película distópica que se haya realizado. La deshumanización de la sociedad moderna por causa de la burocracia y la tecnología, la obsesión por la cirugía estética, la perdida de libertad por causa del gobierno, el terrorismo como arma política, todos esos temas conviven en la película y también otras muchas ideas que van más allá del guión (como la progresiva confusión entre sueño y realidad de la que hace gala la película).
Pero a parte de todo eso, es además una película sobre el amor, sobre uno imposible, puede que "love not conquers all", pero es lo que hace despertar al protagonista de su letargo moral (cfr. la frialdad con la que se comporta cuando conoce a la viuda de Buttle en su apartamento) y lo que le lleva a cuestionarse el mundo que le rodea. Pero en el mundo de Brazil no hay lugar para los finales felices, cuando Sam es rescatado al final de la película y huye con Jill, no es posible que lo que estamos viendo sea real, la irrupción de Lint y Helpmann en pantalla nos despierta de ese sueño idílico en el que estábamos sumergidos con una bofetada, todo ha sido un falso happy end. Sam como ese Ícaro que viene a representar en sus sueños, vuela demasiado cerca del sol y termina perdiendo sus alas, su verdadero destino es quedarse en una silla sólo con su locura, una canción que tararear y el mundo de los sueños como única forma de escape. Ese es uno de los finales más lucidos que se hayan creado. Ese es el mundo de Brazil.
Curiosidades:
Ésta era la película preferida de River Phoenix y mientras rodaba la película Dark blood con Jonathan Pryce, éste a modo de regalo, arregló un encuentro con Terry Gilliam, pero esto nunca sucedió porque el actor murió la noche anterior de una sobredosis.
Se barajaron varias actrices para interpretar a Jill, Ellen Barkin, Jamie Lee Curtis, Rebecca De Mornay, Rae Dawn Chong, Joanna Pacula, Rosanna Arquette, Kelly McGillis y Madonna fueron consideradas antes de que Kim Greist se llevase el papel. La favorita de Gilliam era Barkin.
El número de muertos en la película asciende a 25.
La Señora Buttle nunca parpadea durante la escena en la que Sam le comunica en su apartamento la muerte de su marido.
Terry Gilliam realiza un cameo en la película, es el fumador que observa escondido como Sam llega al apartamento de Buttle.
Robert De Niro quería interpretar a Jack, pero Gilliam ya le había prometido a Michael Palin el papel. Como De Niro aun quería participar en la película se llevó el papel de Tuttle.
El papel de Sam Lowry fue escrito con Jonathan Pryce en mente muchos años antes de que la película fuera filmada. En el guión original el personaje era un hombre a punto de entrar en la treintena, pero antes de realizarse la película el guión se rescribió para adaptarse a la edad de Pryce que por aquel entonces tenía 37 años.
El cinturón de herramientas y todos los gadgets de Tuttle fueron sugeridos por el propio Robert De Niro.
En una de las escenas finales puede verse entre los instrumentos de tortura de Jack Lint una pelota de goma y un chupete.
La película es, según Gilliam, la segunda entrega de su "Trilogía de la imaginación", siendo las otras Los héroes del tiempo (1981) y Las aventuras del Barón Munchausen (1988).
Gilliam declaró su desagrado con la interpretación de Kim Greist, por lo que cortó o redujo muchas de sus escenas. Algunas de esas escenas fueron usadas para la versión "Love conquers all" del estudio.
Kim Greist fue por error acreditada como "Kim Griest" en alguna de las ediciones de la película.
La revista Entertainment Weekly colocó a la película en el puesto número 13 de su “Top 50 de películas de culto”.
Este artículo contiene spoilers no leer si no se quieren conocer partes esenciales de la trama de la película.
En un universo futurista gris y altamente tecnológico, Sam Lowry, un joven burócrata verá como su mundo cambia cuando intente corregir un error administrativo, a causa del cual trabará amistad con un fontanero considerado un terrorista, conocerá a la mujer de sus sueños y será perseguido por el Ministerio de Obtención de Información, entidad totalitaria que vigila a todos los ciudadanos.
1984+1
Única, original, subversiva, inclasificable, imaginativa, satírica, son adjetivos que le quedan como anillo al dedo a la obra maestra de Terry Gilliam, Brazil (Brazil, 1985), mezcla de ciencia ficción, futuro distópico y comedia negra, que supone una de las obras cumbres del cine de los 80.
Según relataba el director, la idea de la película le vino de la siguiente forma "Brazil empezó cuando estando sentado en una playa de Gales, en Port Talbot, la cual era una ciudad de acero. Ellos traen el carbón de los barcos en esas grandes cintas transportadoras. Así que la playa es negra. Está cubierta con polvo de carbón. Era un día triste y horrible y tuve esa imagen de un tipo solitario sentado en esa playa con la radio puesta y de repente suena esa música que el nunca a escuchado antes (no hay música como esa en su mundo) está allí. Y eso le haría creer que hay un otro mundo allí fuera, un mundo mejor. Y esa era la América de los años 40. Nosotros siempre estábamos yendo al sur, a Río y crecí en ese tiempo de sueños. Y parecía que el mundo de los sueños estaba en algún lugar de Sudamérica, donde todo sería perfecto."
Partiendo de esa imagen el ex-Monty Python comenzó a escribir el guión ayudado por Charles Alverson, coguionista de Gilliam en La bestia del reino (1977), su primera película en solitario. Aunque Alverson cobró por su trabajó, no fue acreditado por el mismo. Más tarde se sumaron Tom Stoppard (Shakespeare in Love) y Charles McKeown (El imaginario del Doctor Parnassus) para terminar de construir el guión, el cual conoció varios títulos como, "1984 ½" (un homenaje no solo a la novela de George Orwell si no también a Federico Fellini), "The ministry" o "How i learned to live with the system... so far" hasta dar con el definitivo Brazil.El papel protagonista recayó en un actor no demasiado conocido por aquel entonces, Jonathan Pryce, papel que fue escrito especialmente para el actor y al que el actor correspondió con una interpretación excelente. Pryce se vio rodeado de un fabuloso grupo de intérpretes, donde figuraban Robert De Niro, Kim Greist, Ian Holm, Bob Hoskins, Katherine Helmond, Jim Broadbent y Michael Palin.Es necesario hablar del increíble diseño de producción (que seguro que se llevó una buena parte de los 15 millones de su presupuesto), obra de Norman Garwood y Maggie Gray, que va desde los decorados, pasando por todos los artilugios vistos a lo largo el film y sobre todo por esa enorme ciudad, que termina convirtiéndose en un personaje más. El excelso trabajo de Garwood y Gray fue recompensado con una de las dos nominaciones al Oscar que recibió la película, la otra seria al mejor guión original para Terry Gilliam, Tom Stoppard y Charles McKeown. La película debería haber recibido varias nominaciones más aquel año y como mínimo una para Michael Kamen por su excelente banda sonora.
La idea de Gilliam era tomar elementos de diferentes épocas y ponerlos todos juntos, edificios de los años 20, vehículos de los 50, posters de propaganda similares a los de la Segunda Guerra Mundial, televisión que emite películas de cine clásico, vestuario que abarca varias décadas de mitad de siglo y alta tecnología parece diseñada en la década de los 50. Todo esto crea la sensación de un mundo futuro asentado en el pasado. Y es imposible no ver la influencia que esa estética tuvo en films posteriores como en los Batman de Tim Burton, el Dark city de Proyas o las películas que Jeunet y Caro realizaron juntos. Estos últimos fueron los que definieron (acertadamente) el estilo de la película como retrofuturismo.Para completar la película fueron necesarios 9 meses de rodaje, 6 de montaje, conflictos con la actriz protagonista y la perdida de sensibilidad de las piernas de Gilliam causado por el estrés del rodaje. Pero la historia de Brazil sólo acababa de empezar...
LA BATALLA DE BRAZIL
En enero de 1985 Gilliam completó la película, el montaje era de 142 minutos. La productora Universal tenía los derechos de distribución de EE.UU. y la 20th Century Fox los del extranjero. Esta última aceptó el montaje de Gilliam y estrenó la película, primero en Europa, donde cosechó muy buenas críticas. Pero Universal decidió no estrenarla en suelo norteamericano, según Sid Sheinberg, presidente de la compañía por aquel entonces, el final era demasiado deprimente y suponía que la película sería un fracaso. Además Gilliam se había comprometido por contrato que la película no excedería los 132 minutos, cosa que incumplió. Por estas causas la película cayó en un embargo por parte de la productora y su estreno se vio pospuesto sine die. Así comenzó la batalla de Brazil.Gilliam creó un nuevo montaje de 132 minutos ayudado por el editor Julian Doyle para así cumplir sus obligaciones contractuales. Universal hizo su propia versión de una duración de 94 minutos editada por Bill Gordean y Steve Lovejoy, esta versión fue posteriormente conocida como la "Love conquers all", que poseía el deseado happy end de Sheinberg. Dicha versión eliminaba varias de las secuencias de los sueños y hacía mayor hincapié en el humor usando todo el material posible de Sam y Jill. Se perdía toda la parte final de la película con el fatal destino de Sam. Todo terminaba con Jack y Jill escapando de la ciudad y viviendo felices en una casa en el campo.Para conseguir que la Universal estrenase su versión de la película, Gilliam decidió prescindir de los abogados y atacar a la productora de una forma mucho más personal, para ello el 2 de octubre de 1985 publicó un anuncio a página completa a modo de esquela en la famosa revista Variety que decía "Querido Sid Sheinberg, ¿Cuando vas a estrenar mi película 'BRAZIL'? Terry Gilliam".
No contento con esto, Gilliam acompañado de Robert De Niro, fue al programa Good morning America para hablar sobre la película. En un momento de la entrevista el presentador le comentó a Gilliam "Bueno Terry, he oído que tienes problemas con este estudio". Gilliam respondió "No tengo problemas con este estudio. Tengo problemas con un hombre, su nombre es Sid Sheinberg y luce así" y mostró a cámara una foto de 8x10 de Sheinberg que llevaba encima. Lo que hizo enfurecer más aun a Sid Sheinberg.
Gilliam se convirtió en el Sam Lowry de la historia, pero en lugar de luchar contra la sociedad que le ha tocado vivir, lo hizo contra la industria de Hollywood.Más tarde le invitaron a dar una clase de cine en la USC (Universidad del Sur de California), Gilliam accedió y preparó para la clase un clip de la película como ayuda audiovisual. Cuando el estudio se enteró, no permitió que se mostrase el clip de la película. Durante la clase, Gilliam fue interrumpido por llamadas telefónicas de los ejecutivos del estudio. Ellos permitieron finalmente que se mostrase el clip. El video que mostró era realmente la película entera.
Varios pases privados más tuvieron lugar, incluyendo uno para los miembros de Los Angeles Film Critics Association en un cuarto trasero del Club de Tiro de Beverly Hills. La gran apuesta de la Universal para ese año era Memorias de África y sucedió algo imprevisto el día de su estreno, Brazil recibió los premios de mejor película, mejor director y mejor guión del año por parte de Los Angeles Film Critics Association. No era necesario que la película hubiese sido estrenada, sólo que fuese realizada. Esto empañó la que debería haber sido la gran noche de la Universal. A vista de todo el mundo, se habían negado a estrenar la que era considerada la mejor película del año. Después de eso el estudio decidió estrenar el 20 de diciembre la versión de 132 minutos de Gilliam, aunque sólo en una sala de Los Angeles sin promocionarla lo más mínimo. Con el tiempo se aumentarían el número de salas, pero dentro de un marco minoritario, aun así la película recaudaría en los EE.UU. 9.929.135 de dólares.Al final Gilliam logró algo que Lowry nunca consiguió, un final feliz y Brazil no se quedó sólo en el mundo de los sueños y de las películas perdidas. Fue el final de la batalla, la lucha por una tierra inhóspita, extraña, fértil en ideas, más allá de los límites de la imaginación y de nombre exótico, una tierra conocida como Brazil.
VALORACIÓN
Brazil siempre será recordada como la gran obra de Terry Gilliam, un reflejo de todos sus intereses, miedos, ideas, obsesiones y sobre todo, la más clara demostración de su estilo visual. Cada plano de la película guarda en si mismo una idea, un estilo propio, un algo que lo hace especial y lo diferencia del resto.La imaginería de la película no conoce fin, las escenas memorables se suceden sin descanso, principalmente en la primera mitad de la película, la mejor, dotada de una fluidez narrativa que roza la perfección (los saltos entre el mundo real y el de los sueños se hacen de manera precisa y de tal forma que ambos hilos argumentales se complementan entre sí). En la segunda mitad, que coincide con la llegada de Sam al Ministerio de Obtención de Información y el inicio de su historia de amor con Jill, todo se vuelve demasiado caótico y bizarro y hay escenas que se desarrollan de forma atropellada, como la huida de Sam y Jill del M.O.I. en el camión de ella y la posterior persecución que envuelve a ambos, aun así, esta parte es excelente y posee un buen número de escenas antológicas (la lucha por una mesa a través de una pared, Sam inutilizando el tubo neumático de su despacho), pero no alcanza el mismo nivel que la primera mitad, aunque lo compensa su portentoso final.Es fácil recurrir a la comparación con "1984", pero la película tiene su propio estilo y universo particular. Gilliam coge lo que más odia de la humanidad y lo usa para crear la que es posiblemente la mejor película distópica que se haya realizado. La deshumanización de la sociedad moderna por causa de la burocracia y la tecnología, la obsesión por la cirugía estética, la perdida de libertad por causa del gobierno, el terrorismo como arma política, todos esos temas conviven en la película y también otras muchas ideas que van más allá del guión (como la progresiva confusión entre sueño y realidad de la que hace gala la película).
Pero a parte de todo eso, es además una película sobre el amor, sobre uno imposible, puede que "love not conquers all", pero es lo que hace despertar al protagonista de su letargo moral (cfr. la frialdad con la que se comporta cuando conoce a la viuda de Buttle en su apartamento) y lo que le lleva a cuestionarse el mundo que le rodea. Pero en el mundo de Brazil no hay lugar para los finales felices, cuando Sam es rescatado al final de la película y huye con Jill, no es posible que lo que estamos viendo sea real, la irrupción de Lint y Helpmann en pantalla nos despierta de ese sueño idílico en el que estábamos sumergidos con una bofetada, todo ha sido un falso happy end. Sam como ese Ícaro que viene a representar en sus sueños, vuela demasiado cerca del sol y termina perdiendo sus alas, su verdadero destino es quedarse en una silla sólo con su locura, una canción que tararear y el mundo de los sueños como única forma de escape. Ese es uno de los finales más lucidos que se hayan creado. Ese es el mundo de Brazil.
Curiosidades:
Ésta era la película preferida de River Phoenix y mientras rodaba la película Dark blood con Jonathan Pryce, éste a modo de regalo, arregló un encuentro con Terry Gilliam, pero esto nunca sucedió porque el actor murió la noche anterior de una sobredosis.
Se barajaron varias actrices para interpretar a Jill, Ellen Barkin, Jamie Lee Curtis, Rebecca De Mornay, Rae Dawn Chong, Joanna Pacula, Rosanna Arquette, Kelly McGillis y Madonna fueron consideradas antes de que Kim Greist se llevase el papel. La favorita de Gilliam era Barkin.
El número de muertos en la película asciende a 25.
La Señora Buttle nunca parpadea durante la escena en la que Sam le comunica en su apartamento la muerte de su marido.
Terry Gilliam realiza un cameo en la película, es el fumador que observa escondido como Sam llega al apartamento de Buttle.
Robert De Niro quería interpretar a Jack, pero Gilliam ya le había prometido a Michael Palin el papel. Como De Niro aun quería participar en la película se llevó el papel de Tuttle.
El papel de Sam Lowry fue escrito con Jonathan Pryce en mente muchos años antes de que la película fuera filmada. En el guión original el personaje era un hombre a punto de entrar en la treintena, pero antes de realizarse la película el guión se rescribió para adaptarse a la edad de Pryce que por aquel entonces tenía 37 años.
El cinturón de herramientas y todos los gadgets de Tuttle fueron sugeridos por el propio Robert De Niro.
En una de las escenas finales puede verse entre los instrumentos de tortura de Jack Lint una pelota de goma y un chupete.
La película es, según Gilliam, la segunda entrega de su "Trilogía de la imaginación", siendo las otras Los héroes del tiempo (1981) y Las aventuras del Barón Munchausen (1988).
Gilliam declaró su desagrado con la interpretación de Kim Greist, por lo que cortó o redujo muchas de sus escenas. Algunas de esas escenas fueron usadas para la versión "Love conquers all" del estudio.
Kim Greist fue por error acreditada como "Kim Griest" en alguna de las ediciones de la película.
La revista Entertainment Weekly colocó a la película en el puesto número 13 de su “Top 50 de películas de culto”.
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