El rey pescador
Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quiere conocer partes esenciales de la trama de la película.
Un DJ de la radio se siente responsable de la muerte de la mujer de un vagabundo y tratará de ayudarlo, así ambos se verán envueltos en la búsqueda del Santo Grial en pleno Nueva York moderno.
LA ÚLTIMA CRUZADA
El guión de El rey pescador (The fisher king, 1991) surgió como una reacción del guionista Richard LaGravenese hacia los ochenta, a la que consideraba, "una década muy fea, así que quise hacer algo sobre el narcisismo y el sacrificio." Y con esa idea escribió su primer guión.
Escribió dos primeros borradores de la historia sin el personaje de Jack y creó cuatro versiones del guión con los personajes de Parry y Jack. En la primera de esas versiones del guión, Jack era un taxista muy inteligente y en la segunda era el heredero de una fortuna que para recibirla debía encontrar un marido a Lydia (éste personaje no aparecía en el primer guión). Tras completar la primera versión descubrió que tenía muchas similitudes con Rain man (1988) y tuvo que empezar de nuevo, manteniendo a los dos protagonistas. Tras escuchar el programa de Howard Stern decidió convertir al personaje de Jack en un polémico locutor de radio. LaGravenese vendió el guión a la Disney en 1988.
Las productoras Lynda Obst y Debra Hill tenían un acuerdo de producción con Disney y se propusieron llevar adelante el proyecto. Pero Disney comenzó a exigir cambios en el guión para acercar la película más a su estilo. Por ejemplo, querían hacer más amable el personaje de Jack y el hallazgo del Santo Grial sería convertido en una, "set piece de un thriller al estilo Topkapi," declaraba Obst. "El estudio quería eliminar las peculiaridades y luchamos por cada una de ellas como si fueran las joyas de la familia."
La película se le ofreció a Steven Spielberg y a James L. Brooks. Pero tras seis meses Jeffrey Katzenberg, presidente de la Disney, decidió no llevar adelante la película y se lo devolvió a Obst y Hill, de esta forma las productoras pudieron seguir ligadas a él cuando Disney vendió el proyecto a TriStar Pictures en 1989.
El rey pescador se ofreció a otros directores y el más interesado fue James Cameron, pero como estaba ocupado con Terminator 2: El juicio final (1991) tuvo que pasar del proyecto. De modo que Obst y Hill siguieron buscando quien se sentase en la silla de director, se barajaron los nombres de Ron Howard, Rob Reiner y Sydney Pollack, pero ellas consideraron a Terry Gilliam. "¡El estudio pensó que estábamos locas!," reconocía Hill. "Pero pensamos que si conseguíamos que alguien como él se interesara en el material, automáticamente lo mejoraría."
Tras el fracaso de Las aventuras del barón Munchausen (1988), película distribuida en Estados Unidos por la Columbia, Gilliam se encontraba trabajando en un nuevo proyecto llamado "The Minotaur", pero tenía problemas con el guión y en ese momento recibió de su agente Jack Rapke los guiones de La familia Addams y El rey pescador. Tras descartar el primero porque no le gustaba, Gilliam se sintió atraído por el segundo. "Me alucinó desde la primera página," declaraba el director. "Sencillamente lo entendía a la perfección: El diálogo era magnífico, podía identificarme con los personajes y hasta me gustaba que no estuviera plagado de efectos visuales." Tras hacer varias películas grandes, a Gilliam le apetecía hacer algo más pequeño y acababa de encontrar el proyecto perfecto.
El director le pidió a LaGravenese las versiones anteriores de su guión y según Gilliam, "eran aún mejores que la versión que el estudio había elegido." El director recuperó escenas que habían sido eliminadas por presiones de Disney y sólo añadió una idea propia al guión, la escena del baile en el estación de tren. "Originariamente, la escena consistía en que una vagabunda canta en Grand Central Station y el personaje de Jeff Bridges deja de hacer lo que está haciendo y la mira embelesado. Contemplando la muchedumbre de la estación, pensé: 'Es hora punta y toda esta gente corre de un lado a otro ensimismada en sus cosas. ¿No sería maravilloso si miraran a la persona que pasa a su lado, se enamoraran y empezaran a bailar?'." Al guionista le gustó la idea y la incluyó en el guión.
"La dolorosa verdad es que la razón de que me enviaran el guión de Richard LaGravenese era que querían que Robin Williams hiciera la película," reconocía el director. "Como Robin había participado en Munchausen y éramos colegas, me utilizaron de cebo." Y así fue, Williams aceptó participar en la película, interpretando a Parry.
Antes de entrar Gilliam en el proyecto, estaba previsto que el co-protagonista de la película fuera Billy Crystal en el papel de Jack. "Se habló de un paquete de Robin y él, pero yo no quería dos comediantes." El director prefería a un actor totalmente opuesto a Williams y así se lo explicó al actor, diciéndole que el papel de Jack tenía que interpretarlo, "un actor que no trabaje al mismo nivel que tú, no puede ser un hombre divertido, no puede ser ingenioso."
Se consideró a Bruce Willis para el papel, pero al final se lo llevó Jeff Bridges. A Gilliam le convenció que era el actor idóneo su interpretación en Los fabulosos Baker Boys (1989). Bridges recibió un sueldo de 3 millones de dólares. Para meterse en el papel, el actor entrenó para ser un DJ, llegando a hacer apariciones en la radio bajo el nombre de Jack Lucas.
Se consideró a Ellen Barkin para el papel de Anne, pero sería Mercedes Ruehl la elegida.
Para escoger a la actriz que diera vida a Lydia hubo diferencias de opinión entre el director y las productoras. Gilliam había ideado al interés amoroso de Parry como una princesa medieval etérea, mientras que Hill y Obst creían que debía ser una mujer más sencilla. "Sentimos que ella debería representar a todas las chicas comunes que no son vistas como objetos de belleza," declaraba Obst. Al final la voluntad de las productoras prevaleció y Amanda Plummer fue contratada.
El resto del reparto se compuso con David Hyde Pierce (en el papel de Lou Rosen, el agente de Jack), Tom Waits (como un mendigo en silla de ruedas), Kathy Najimy (como una de las clientas del videoclub de Anne), Michael Jeter (interpretando a un vagabundo) y Harry Shearer y Melinda Culea (como los protagonistas de la sitcom que ven Jack y Anne).
RODAJE
El rodaje tuvo lugar entre el 21 de mayo de 1990 y el 16 de agosto del mismo año, en las ciudades de Nueva York y Los Angeles. Primero se rodaron todas las escenas de exteriores en la Gran Manzana, utilizando localizaciones tan emblemáticas de la ciudad como Grand Central Station, Manhattan Bridge o Central Park. Y una vez rodadas todas las escenas en Nueva York, la producción se movió a los estudios de la Columbia en Culver City (Los Angeles) para continuar el rodaje.
El edificio de la "Squadron A Armory" (que posteriormente formaría parte del Hunter College High School) en la 94 y Madison de Nueva York, se convirtió en el castillo del Grial, gracias al trabajo del diseñador de producción Mel Bourne, quien construyó vidrieras, una entrada y escaleras góticas.
El reparto se juntó dos semanas antes de empezar el rodaje para los ensayos, para ser así una máquina bien engrasada cuando éste se iniciase.
En Nueva York ocurrieron todo tipo de incidentes, desde interrupciones por el mal tiempo, hasta un vecino que llamó a la policía al ver el humo que utilizaban para iluminar una escena en la calle y otros llamaban a los bomberos con llamadas falsas (cuando se cansaban de las luces y ruidos del rodaje durante la noche) lo que provocaba retrasos en el rodaje. Uno de los mayores problemas durante la filmación lo provocó la irrupción del Departamento de Saneamiento que retiró todos los coches averiados de un muelle, que el equipo tenía previsto utilizar. Así que para poder rodar, el equipo tuvo que traer, "un montón de basura, coches y neveras, cosas que habían estado allí al principio," recordaba Bourne. Y una película llena de locos, fue interrumpida por uno cuando rodaron la escena de Williams y Bridges desnudos en Central Park, éste apareció montando en bicicleta y gritando por Williams. La producción tuvo que detenerse por horas esperando a que llegara la policía.
Mercedes Ruehl tuvo problemas para rodar la escena en la que Robin Williams canta una canción subido a una mesa. Originalmente la canción incluía partes más subidas de tono, las cuales incomodaron a la actriz. Conforme pasaba el día, Williams iba cambiando la canción, la cual se volvía cada vez más obscena. "Hicimos esto unas ocho veces y no me gustaba... Nunca en mi vida había sido el blanco de humor sexual. Estaba realmente rota," recordaba Ruehl. La actriz empezó a llorar y le dijo a Gilliam y Williams que sentía que se burlaban de ella. Al final redujeron el tono de la canción, con Williams encima de la mesa intentando desabrocharse el pantalón.
Por su logística, la escena más compleja de rodar fue la del vals en Grand Central Station en la que participaron 1.000 extras. Recurrieron a escuelas de baile para conseguir a la gente, pero cuando se dispusieron a rodar, descubrieron que la mayoría no sabía bailar. Tenían un espacio muy limitado de tiempo parar rodar la escena, así que el coreógrafo trató de enseñarles a bailar. "La cámara finalmente comenzó a rodar alrededor de las 4:30 de la mañana, ¡y teníamos que estar fuera a las 6:00!," recordaba Gilliam. La gente estaba bajando de los trenes cuando todavía estaban rodando, aún así la escena quedó fantástica.
Una escena igual de difícil de rodar, aunque por su carga emocional, fue aquella en la que Parry recuerda la muerte de su mujer y es perseguido por el Caballero Rojo por las calles de Nueva York. "Robin estaba desgarrando sus entrañas emocionalmente," recordaba el director. "Lo interesante sobre Robin en todas esas escenas es que siempre quería hacer otra toma. Sentía que tenía aún más angustia y dolor para verter en el personaje." Rodaron toda la secuencia de noche y cuando quedaba poco para que amaneciese, rodaron la última toma que de Parry corriendo completamente fuera de si. Al terminar de filmarla el actor se enfadó por no tener más oportunidades de rodar esa toma, ya que era un momento crucial. "Tuve que ir junto a él y decirle: 'Robin, lo que tenemos aquí es muy bueno. Y si al ver el metraje no lo es, te prometo que lo volveré a filmar'. Y tuve que abrazarlo básicamente y contenerlo," confesaba Gilliam.
Williams hizo una de las mejores interpretaciones de su carrera en esta película, si no la mejor y es que según Gilliam el personaje de Parry era, "en muchos aspectos, el más cercano a Robin, sólo en ese rango de locura, daño, miedo, dulzura y extravagancia. Creo que ese fue el papel que lo llevó al límite." El actor dio lo mejor de si mismo y aunque acostumbraba a improvisar en la mayoría de sus películas, apenas lo hizo en ésta, respetando el guión. Aún así cuando el actor quería improvisar en una escena, Gilliam primero la rodaba un par de veces como estaba escrita y después le daba a Williams una o dos tomas para que probara diferentes cosas.
La única escena que se improvisó por completo fue la del restaurante chino, debido a que se puso a llover y tuvieron que rodar en su interior de forma rápida.
Aunque no fuera una película con efectos visuales como los anteriores trabajos de Gilliam, tuvo sus dificultades crear al Caballero Rojo. La diseñadora de vestuario Beatrix Aruna Pasztor trajo a la película al artista Keith Greco y el escultor y diseñador Vincent Jefferds de "R and R Design", quienes construyeron la armadura del caballero, según las ideas de Gilliam, Bourne y Pasztor. "El concepto era el de un caballero como una encarnación del mal, desintegrándose, ardiendo, corroyéndose, con cenizas y brasas, y el caballo resoplando como una locomotora," declaraba Jefferds. La armadura, que pesaba más de 55 kilos, estaba hecha de espuma de látex sobre cuero y uretano, y llevaba un lanzallamas en el casco de aluminio, el cual era disparado por el coordinador de especialistas Chris Howell, quien interpretaba al Caballero Rojo.
Para el caballo del Caballero Rojo se utilizaron dos percherones de circo (Lightning y Goliath), uno para galopar y otro para encabritarse. Fueron entrenados por su dueño James Zoppe al sur de California. Los caballos debían ser pintados todos los días por Douglas J. White, ya que eran blancos y debían lucir un aspecto infernal.
Gilliam terminó la película dentro del presupuesto (que era de 24 millones de dólares), todo un cambio tras los grandes problemas presupuestarios de Las aventuras del barón Munchausen (1988).
Y fue una buena señal de lo que estaba por venir. La película fue un éxito crítico y comercial. Se estrenó en los Estados Unidos el 27 de septiembre de 1991 (tras una premiére en Beverly Hills once días antes) y recaudó unos excelentes 41.895.491 de dólares.
En el apartado de los premios, los más importantes que recibió fueron las cinco nominaciones al Oscar en las categorías de mejor actor principal (Robin Williams), mejor actriz secundaria (Mercedes Ruehl), mejor guión original (Richard LaGravenese), mejor dirección artística (Mel Bourne y Cindy Carr) y mejor banda sonora original (George Fenton). Siendo Mercedes Ruehl le única que alzó la estatuilla la noche de los Oscar.
La película se llevó además dos Globos de oro, al mejor actor de comedia (Robin Williams) y a la mejor actriz secundaria (Mercedes Ruehl). Ruehl se hizo prácticamente todos los premios aquel año como secundaria, ganando el premio Saturn, el de la Sociedad de críticos de Boston, la Asociación de críticos de Chicago o la Asociación de críticos de Los Angeles.
VALORACIÓN
Pese a no ser una historia propia de Gilliam, siempre he considerado a El rey pescador la mejor película del ex-Monty Python, o por lo menos es la que más me gusta a mí. Brazil es muy grande, pero en El rey pescador hay más corazón.
La película nos habla de como pesan los errores del pasado y de la carga del dolor. Jack sufre por sentirse culpable de la muerte de la mujer de Parry y busca la redención. Parry por su parte, está roto por dentro y es perseguido por sus demonios, el dolor y la ira (que tienen la forma de un caballero rojo). Su camino y búsqueda de algo sagrado, llámalo Santo Grial, llámalo amor, es la cura para ambos para dejar de ser los hombres en los que se han convertido.
Y es que El rey pescador trata también de lo difíciles que son las relaciones de pareja, Parry y Lydia son dos inadaptados que no encajan con nadie, pero que curiosamente han nacido para estar juntos. La de Jack y Anne es la relación más complicada, ella es una mujer pasional que le quiere sin miramientos, pero él tiene dudas de si la quiere o no, el hacerlo implicaría que ha cambiado, que ya no es ese engreído y malnacido de antes. Jack sólo está seguro de que la quiere cuando por fin a terminado su proceso de transformación, cuando es un buen hombre.
Y otro tema de la película es como nuestros actos afectan a la vida de otras personas, y lo peligroso que es actuar sin pensar en las consecuencias, en El rey pescador unas palabras inapropiadas a la persona inadecuada provocan una tragedia.
La película gana enteros cuando Jack decide ayudar a Parry, desde el momento que juntos espían a Lydia la película es otra, y se llena de vida. Ambos personajes funcionan muy bien por ser tan opuestos, uno complementa al otro. Creo que Parry sabe desde el primer momento que Jack es el DJ que incitó al asesino de su mujer, pero trata de darle la oportunidad de redimirse, eso hace que el personaje resulte todavía más bondadoso y positivo.
La película es poseedora de un apropiadísimo realismo mágico, que nos hace creer que estamos en un mundo a un paso de la fantasía, como esos maravillosos momentos en que Parry hace una silla con el morrión de una botella o cuando todo el mundo se pone a bailar en la estación de tren.
Tiene momentos que en su momento me impactaron, pero que al revisionarlos han perdido fuerza, tal vez porque de alguna forma los hemos visto en películas posteriores, como cuando Parry se declara a Lydia delante de su piso y demuestra saberlo todo sobre ella o cuando Anne habla sobre que Dios creó a la mujer y no al hombre a su imagen y semejanza. Otros me siguen entusiasmando como cuando Tom Waits habla sobre ser una brújula moral para el resto al ser un vagabundo en silla de ruedas, o el simbolismo de ese Pinocho que un niño le regala a Jack, quien también es un ser sin vida que debe recobrarla y Parry se convierte en su Pepito Grillo, su conciencia, y como en el cuento de Pinocho, la película trata también del viaje del alma humana y sobre el renacimiento.
El rey pescador posee una escena de esas que se quedan grabadas a fuego en tu memoria para siempre, la de la muerte de la mujer de Parry. Uno de los mejores momentos del cine de Gilliam. El instante en que ella recibe el disparo y su sangre y sesos le salpican la cara a Parry, es de los más demoledores que haya visto en una película y también de los más violentos, porque no es sólo una violencia física, si no una que te desgarra el alma. Ver en paralelo a Parry corriendo como un loco por la ciudad y terminar recibiendo una paliza de muerte, nos dejan en estado de shock. Cuando éste parecía haber encarrilado su vida, todo es un espejismo, el dolor que lleva con él es demasiado fuerte y necesita de un proceso para pasar página y empezar de nuevo, algo que casi le cuesta la vida.
Y que durante esa escena Parry vaya vestido de blanco no es casual, representa la pureza y la bondad, y que el traje no sea de su talla, nos hace ver que no encaja en ese mundo normal. Y la escena tiene un plano que me fascina, aquel en el que la imagen de Parry se duplica y deforma al verlo a través del cristal de la puerta del piso de Lydia, el cual muestra su lucha interior entre dejar atrás su vieja vida y abrazar la nueva, y presagia lo que sucederá a continuación. Además todo está coronado con la maravillosa partitura de George Fenton.
El reparto está fantástico, pero el que toca el cielo es Robin Williams, puede que Mercedes Ruelh se llevara el Oscar (la actriz está excelente), pero el protagonista de Jumanji roba cada escena en la que aparece y eso que en la mayoría de ellas tiene a su lado a un gigante como Jeff Bridges. Williams nos hace sentir la locura de Parry, pero también lo presenta como un ser divertido y bondadoso, el cual se gana nuestras simpatías desde el primer momento.
Se nota que a LaGravenese le asqueaba lo superficial y lo narcisista, porque trata de dar voz a aquellos que no la tienen y escupe directamente en la cara a la gente sin alma, ni escrúpulos. Los yuppies y ricos son gente fría e infelices, y los vagabundos, los pobres y los menos agraciados son los que realmente viven y terminan siendo felices.
La película es todo un canto a la vida, llena de dolor, locura y alegría. Es comedia, drama, aventura, un musical, y sobre todo una historia romántica. Lo tiene todo y todo funciona. Es una de las mejores películas de los 90. Si no la habéis visto, buscad el Santo Grial de Terry Gilliam y recibiréis la mejor de las recompensas.
CURIOSIDADES
Primera película de Terry Gilliam en la que no trabaja ningún miembro de los Monty Python.
Jeff Bridges utiliza la misma camiseta de béisbol en esta película que en El gran Lebowski (1998).
Uno de los hombres que ataca al principio de la película a Jeff Bridges está interpretado por Dan Futterman, el hijo de Robin Williams en Una jaula de grillos (1996).
Tras el estreno de la película y gracias a la escena del baile en Grand Central Station, todos los días de año nuevo la gente va la estación a bailar el vals con una orquesta.
Parry busca el Santo Grial. Terry Gilliam fue el director de Monty Python and the Holy Grail (1975).
Robin Williams era la primera elección para protagonizar ¿Qué pasa con Bob? (1991), pero como se encontraba rodando El rey pescador tuvo que rechazar el papel, que terminó recayendo en Bill Murray.
Antes de la entrada en el proyecto de Gilliam se consideró a Richard Pryor como uno de los protagonistas del film.
Se rodaron muchas más tomas del Caballero Rojo que las aparecidas en la película, pero Gilliam descubrió que cuanto menos mostraba al personaje, más poderosas eran sus escenas, así que decidió reducirlas al mínimo.
En el videoclub se pueden ver los posters de Brazil (1985) y Las aventuras del barón Munchausen (1988).
A Howard Stern le pidieron cintas de su programa, pero el locutor radiofónico les dijo que quería ser consultor de la película, ya que lo estaban tomando como modelo para el personaje de Jack. El estudio no quería pagarle a Stern y lo rechazaron, y a su vez Stern se negó a darles sus cintas.
El papel de Mercedes Ruehl se basa en una propietaria de videoclub italo-americana que conocía Richard LaGravenese.
El concepto original de Beatrix Aruna Pasztor para el Caballero Rojo era un traje hecho con cosas encontradas, como restos de piezas de metal, partes de automóviles o desechos industriales de todo tipo, pero Terry Gilliam quería que fuera algo más puramente medieval y se cambió por la imagen infernal vista en la película.
Originalmente Gilliam había escogido la canción "Groovin'" de The Young Rascals para que fuera la que los vagabundos le cantan a Jack al comienzo de la película, pero al final se decantó por "How About You?" por sugerencia de Harry Nilsson, quien canta la canción de los créditos finales.
Mercedes Ruehl escribió una tesis sobre "La tierra baldía" de T. S. Eliot y la leyenda del rey pescador mientras estaba en la universidad.
Inicialmente Stephen Sondheim no permitió que reescribieran las letras de sus canciones para la película, pero como Michael Jeter, quien tenía un papel como vagabundo, era amigo del compositor, al final permitió que reescribieran "Everything's Coming Up Roses".
Richard LaGravenese tiene un cameo como un hombre con una camisa de fuerza.
La película tiene varios paralelismos con la historia del Grial. Parry es el diminutivo de Parsifal o Perceval, uno de los caballeros de la mesa redonda del rey Arturo, que busca el Santo Grial. Parsifal es el elegido para curar al rey pescador, que en la película sería Jack. Además Parsifal también lucha contra un caballero rojo.
En las estanterías del videoclub de Anne se pueden ver entre otras las siguientes películas en VHS: Head (1968), Roxanne (1987), Ahora me toca a mí (1980), Un beso para Birdie (1963), Mira quien habla (1989), Ifigenia (1977), A sangre fría (1967), California Suite (1978), Black Ghost (1990), Dracula padre e hijo (1976), Materia caliente (1979), Funny Girl (1968), Mis siete hijos (1955), Loving You (1957), Un espía super guay (1987), Escuela de genios (1985), Un beso para Birdie (1963) y Ciclón (1987). Todas son películas distribuidas por la Columbia.
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