Wednesday, October 16, 2024

El terror no tiene forma

Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quiere conocer partes esenciales de la trama de la película

Un meteorito cae cerca de un pueblo, y oculta en su interior un ser que se alimenta de todo lo que pilla por delante. Pronto sembrará el caos, y el gobierno tendrá que hacerle frente.

El terror no tiene forma (The Blob, 1988) es una de mis películas de terror favoritas de los 80. Llevo mucho tiempo queriendo escribir una reseña sobre ella, pero no encontraba demasiada información, así que recurrí a su director de fotografía, el gran Mark Irwin, quien contestó mis preguntas y me dio valiosos datos sobre la producción, le estoy muy agradecido por ello. Espero que os guste la reseña.

LA MASA DEVORADORA
Irvin S. Yeaworth Jr. fue el director de la exitosa La masa devoradora (1958), pequeño clásico de la serie B protagonizado por Steve McQueen, a la que seguiría una secuela tardía, Blob: Masa mortal (1972) dirigida por Larry Hagman, el famoso J.R. de la serie Dallas (1978-91).
Chuck Russell deseaba convertirse en director, tras años trabajando en el mundo del cine, principalmente como productor. Conoció a Frank Darabont en el rodaje de Noche infernal (1981), en la que era productor ejecutivo, y Darabont asistente de producción. Russell contrataría de nuevo a Darabont como asistente en Extraña seducción (1982). Durante este rodaje llegó hasta Russell un guión de Darabont que había escrito para un capítulo de la serie M.A.S.H. (1972-83), y que nunca se llegó a realizar, pero que gustó al primero, razón por la que le propuso que se convirtieran en compañeros de escritura, y así se hicieron grandes amigos.
En 1986, tras ver La masa devoradora en un pase por televisión, a Russell se le ocurrió hacer un remake de la película, de la que era fan.
Buscando los derechos de la película Russell dio con Jack H. Harris, productor de las dos primeras películas. Ante el entusiasmo del director, Harris accedió a realizar el remake, y le vendió los derechos. Tras el estreno de Blob: Masa mortal (1972), ya se habían llevado a cabo un par de intentos fallidos de realizar uno (Harris quiso que John Carpenter se encargase de dirigir un remake años antes).
Russell y Darabont escribieron el guión para New World Pictures (antigua productora de Roger Corman, por aquel entonces ya en manos de Robert Rehme), quien en 1986, anunció que estrenarían El terror no tiene forma en 1987, pero el proyecto quedó en punto muerto.
Le enviaron el guión a New Line, quien rechazó el proyecto, pero en su lugar contrataron a Russell y Darabont para reescribir el guión de Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño (1987), que Russell terminaría dirigiendo. El éxito de la tercera entrega de Freddy Krueger les permitió llevar a cabo su soñada El terror no tiene forma.
El film sería inicialmente producido por Cinema Group Pictures, con un presupuesto de 15 millones, y con fecha de inicio de rodaje a mediados de noviembre de 1987, para su estreno en el Día de los Caídos de 1988, pero el proyecto pasaría finalmente a ser producido por TriStar Pictures.

REPARTO
Shawnee Smith se hizo con el papel de Meg Penny, tras un duro proceso de audición. 
El papel de Brian Flagg se lo llevaría Kevin Dillon, a quien le encantó interpretarlo. "Es realmente un gran personaje," admitía el actor. "Un tipo engreído, un tipo sabio. Realmente puedo hincarle el diente a este papel."
Del Close se encargó del papel del reverendo Meeker, algo que estaba destinado a ocurrir. El actor ya había trabajado en Blob: Masa mortal (1972), y además había escrito una historia sobre el Blob para un número del cómic "Wasteland" de DC Comics. Tras quedarse sin un trabajo que iba a realizar en Nueva York, y como se encontraba de todas formas en la ciudad, llamó a sus agentes para ver que le podían ofrecer en la Gran Manzana, y no tardó mucho en ocurrir, sólo tres semanas después de publicar su historia sobre el Blob, hizo el casting para trabajar en El terror no tiene forma, y le llevó a Russell algunos cómics. Y es que todo estaba de cara para el actor, tanto que incluso en el vuelo que Russell hizo a Nueva York para la audición, vio Los intocables (1987) en la que trabajaba Close. "Estaba fresco en su mente. ¡Fue agradable tener una cinta de audición de gran presupuesto dirigida por Brian De Palma," comentaba el actor a Starlog. Para interpretar al reverendo, Russell le pidió que bajara de peso, y el actor llegó a perder aproximadamente 11 kilos.
El resto del reparto lo forman Donovan Leitch Jr. (como Paul Taylor), Jeffrey DeMunn (en el papel del Sheriff Herb Geller), Candy Clark (interpretando a la camarera Fran Hewitt), Joe Seneca (como el villano Dr. Meddows), Paul McCrane (dando vida al policía Bill Briggs), Ricky Paull Goldin (interpretando a Scott Jeske, amigo de Paul Taylor), Art LaFleur (como el padre de Meg) y Jack Rader (en la piel del coronel Hargis).

RODAJE
El rodaje comenzó el 12 de enero de 1988, y terminó el 26 de mayo del mismo año. Para dar vida a Arbeville, Colorado, el equipo y reparto (compuesto por 150 personas) se trasladaron hasta Abbeville en Luisiana, no sólo se parecían en el nombre. "Fuimos a Abbeville (Luisiana) para encontrar una ciudad que no tuviera nieve [en enero]," me explicó Irwin, "así como una calle principal, una sala de cine, y un estilo lo suficientemente neutral como para parecer una ciudad de esquí en Nueva Inglaterra (casas de tablillas blancas y ayuntamiento, etc.). Luisiana en invierno es muy fría incluso sin nieve. La temperatura nocturna era de 0ºC, y los actores masticaban cubitos de hielo para que no se les notara el aliento."
Tras rodar durante tres semanas en Abbeville, el equipo se desplazó hasta Los Angeles para, primero rodar durante otras tres semanas y media más exteriores, y después los interiores en unos estudios en Valencia. La mayoría de la película se rodó de noche, así que el equipo dormía por el día.
Russell escogió a Mark Irwin como director de fotografía, quien ya se había encargado de otro remake, el de La mosca (1986). "El terror no tiene forma fue una de mis primeras películas después de mudarme de Toronto a Los Ángeles en 1987," me contó Irwin. "La mayor parte de la película se rodó en Los Ángeles y mi agente me puso en contacto con Chuck Russell, quien conocía La mosca, y estaba ansioso por conocer mi opinión sobre otra nueva versión (misma brecha de 30 años: 1958 a 1988). Compartimos una visión y nos pusimos a trabajar."
Irwin decidió rodar con una cámara Moviecam y utilizar película Technicolor, le consulté el porqué de estas elecciones. "Moviecam tenía una fábrica de alquiler en la ciudad [Los Angeles] (el único lugar en Estados Unidos donde se alquilaba esta cámara austriaca en ese momento)," me explicó Irwin. "Fue y es la mejor cámara de 35 mm jamás fabricada, y la usé hasta 2008, cuando lo digital se hizo cargo. En cuanto a Technicolor, procesaron e imprimieron las impresiones de lanzamiento, pero FotoKem fue nuestro laboratorio diario. Una instalación de postproducción cinematográfica de servicio completo ubicada en Burbank."
Una producción llena de efectos visuales fue un reto para Irwin. "Mi mayor desafío (aparte de 17 semanas trabajando de noche), fue hacer que el Blob pareciera del mismo color en todas las escenas. El equipo de efectos especiales fue excelente, pero había al menos 10 versiones (methocel, seda, plástico pintado, esculpido duro, etc.) y no había forma de rastrear y corregir digitalmente el color. Mi principal objetivo era mantener el Blob amenazador, y no rosado y bonito. Finalmente racionalicé que el Blob cambiaba de color a medida que digería a más personas."
El momento más espectacular de la película, es el salto en moto de Flagg por un puente, donde al mismo tiempo que la moto salta, un jeep cae por un barranco, mientras un helicóptero les sobrevuela. "Teníamos 3 cámaras (todas disparando a 64 fps o 96 fps)," me contó Irwin, "y las iluminamos para cámaras de alta velocidad y profundidad de campo, pero para mí esa fue sólo otra toma. Sólo décadas después supe que era una toma épica para todos estos temerarios y especialistas de Hollywood. Gary Hymes era el coordinador de motocicletas y él hizo que todo sucediera, pero dijo que fue muy complicado montarlo todo."
Cuando rodaron el momento en el que el soldado con el lanzallamas explota, y las llamas alcanzan al reverendo, el truco no salió como estaba previsto, y el fuego no alcanzó al doble de Del Close como deseaban. Como necesitaban un plano del reverendo Meeker en llamas, y no podían repetir el efecto de la explosión del hombre con el lanzallamas, recurrieron a Del Close para que hiciera la escena de riesgo. Curiosamente años antes, Close había trabajado como antorcha humana. Al final sólo hicieron una toma del fuego yendo hacia el actor, sin que éste llegara a alcanzarlo.
Según la revista Fangoria, el presupuesto de la película fue de 19 millones de dólares, casi la mitad se emplearon en los efectos visuales y de maquillaje. Las tareas se dividieron en dos equipos, uno para efectos de maquillaje y criaturas; y otro de efectos visuales obra de Dream Quest Images. Para que el Blob cobrara vida se utilizaron todo tipo de técnicas, como el uso de miniaturas, efectos ópticos, movimiento inverso, stop-motion, go-motion y matte paintings.
Dar vida al Blob fue una tarea harto complicada. "Fue una pesadilla," admitió Lyle Conway a Cinefantastique, jefe de efectos de la criatura. "Esta es la única película que se me ocurre en la que la estrella llegó en un balde. Fue un infierno intentar lograr una actuación con ella".
Barajaron crear el Blob mediante CGI (una técnica aún en pañales a finales de los 80), pero tras realizar una prueba vieron que no funcionaba.
Conway y su equipo tuvieron que crear a la viscosa criatura, que era una especie de edredón de seda lleno de methocel (un polímero), y descubrieron que realmente habían creado el Blob. "Una vez el methocel se mezcló con agua y se metió en un gel con una pequeña cantidad de amoniaco, era casi impermeable a la limpieza," explicaba el supervisor de producción de efectos visuales Michael Fink a Cinefex"Carcomió el asfalto del parking, arrancó la pintura de las miniaturas, provocó arcadas a los titiriteros..." 
Y trabajaron contrarreloj, inicialmente estaba previsto que la película contase con seis semanas de posproducción, pero para cumplir la fecha de estreno, se hicieron cambios en el calendario, y lo movieron dentro de la fotografía principal, y siguieron refiriéndose a ese tiempo como postproducción. Eso hizo que algunos efectos se crearan a toda prisa. "Algunas cosas se pidieron por la mañana y se entregaron por la tarde," contaba Conway a Cinefantastique.
Tony Gardner fue el supervisor de efectos de maquillaje y animatronics. Estaba originalmente previsto que Gardner sólo se encargase de pequeños efectos, pero después de que Lyle Conway dejase la producción, Chuck Russell le pidió a Gardner que asumiera todo el trabajo de efectos, el artista terminó dirigiendo a un equipo de treinta y tres personas, durante siete meses.
Gardner contó con un presupuesto de 500.000 dólares para efectos de maquillaje. Uno de los maquillajes más complejos fueron las heridas del reverendo Meeker. Eran necesarias cinco horas y media para la crear el maquillaje con las quemaduras recientes, y siete horas y media para recrear sus cicatrices en la escena final.
Hicieron una copia de cuerpo entero de Donovan Leitch Jr. (Paul Taylor), para una de las escenas más complicadas de la película, aquella en la que Paul está debajo el Blob, siendo devorado por éste. Eran necesarias unas 50 personas para hacerlo funcionar. Para conseguir una mayor reacción de Shawnee Smith, Chuck Russell no le dijo a la actriz que el propio Leitch haría la primera parte de la escena dentro del Blob (después fue sustituido por una marioneta miniatura), por lo que la reacción de Smith cuando grita es auténtica. Gardner sólo debía hacer una parte de los efectos de maquillaje de la escena, pero tras la marcha de Conway, tuvo que asumir toda la escena y sólo le dieron seis días para resolverla, siendo un equipo de seis personas.
Una de las escenas más memorables de la película, es la muerte del personaje de Candy Clark dentro de una cabina telefónica, que pese a su espectacularidad, se resolvió de una forma sencilla. "Las paredes de vidrio de la cabina tenían acuarios de plexiglás transparente (altos y estrechos) construidos en el exterior," me explicó Irwin, "y el equipo de efectos especiales simplemente vertió fluido de Blob, y manipuló las partes del cuerpo con hilo de pescar transparente y varillas de plexiglás. Finalmente, la vista superior tenía cuatro acuarios en su lugar para lograr el máximo Blob, y luego lo explotamos con un maniquí en su interior." La actriz tuvo que pasarse dentro de la cabina dos días, y gritó hasta quedarse ronca, y para parecer que estaba sudando la rociaban con agua.
Para crear el momento en que el personaje de Bill Briggs (Paul McCrane) muere partido en dos al pasar a través de una estantería, el equipo de efectos creó unas piernas falsas para el actor. Las auténticas estaban ocultas en una plataforma en la que estaba sentado McCrane, y cuando movieron la plataforma, las piernas falsas se doblaron creando la ilusión de que éste se partía por la mitad.
La casa de efectos Dream Quest Images se encargó de las miniaturas y ópticas, con Hoyt Yeatman como supervisor. Greg Jein creó una miniatura del pueblo de Arboville de 24x9 metros, llena de detalles.
La película llegó a las salas de cine norteamericanas el 5 de agosto de 1988, y resultó un fracaso comercial, recaudando tan solo 8.247.943 de dólares. "Tal vez fue un error hacer un remake de La masa devoradora con sentido del humor," explicaba Russell a Starlog sobre las causas del tropiezo en la taquilla. "Pensé que sería una interpretación entretenida. Era un concepto al que me aferré cuando estaba buscando mi primer trabajo de dirección. Desafortunadamente, se estrenó tarde en un verano frenético lleno de grandes películas, y no tuvo una campaña publicitaria particularmente buena."

VALORACIÓN
El terror no tiene forma es uno de los mejores remakes del género de terror, no sólo justifica su existencia por la mejora en los efectos especiales, es que además supera a la película original en el resto de aspectos. Los personajes están mejor definidos, la historia es más interesante y está más desarrollada, es más entretenida, tiene mejor ritmo y pasan muchas más cosas (en la película original los personajes no dejan de ir de una lado a otro sin que suceda nada realmente, hasta los últimos 15 minutos).
Considero que hay cuatro grandes remakes que surgieron en los 70/80 basados en películas de los 50, La invasión de los ultracuerpos (1978), La cosa (1982), La mosca (1986) y esta El terror no tiene forma (1988).
La película empieza bien, con los títulos de crédito que muestran el pueblo vacío, como si algo malo hubiese ocurrido, sólo para descubrir que toda la gente se encuentra en el campo de fútbol, pero es un presagio de que algo va a suceder. Y después se produce un montaje que me encanta, por un lado tenemos a Brian Flagg tratando de saltar con su moto el puente, y por otro está el público del estadio animando al equipo, pero que gracias al montaje en paralelo parece lo alienten a Flagg. Es una gran presentación de personaje.
El terror no tiene forma es una excelente monster movie, con una criatura que resulta icónica, con ese color rosado y su apetito voraz, que da pie a todo tipo de muertes originales (a lo que ayuda el gran trabajo del equipo de efectos especiales), que siempre guardan un toque de humor negro. Meg tirando de Paul, quien se encuentra dentro del Blob siendo devorado, y como ella se queda agarrada sólo a su brazo. La muerte del cocinero que la masa devoradora succiona por el fregadero. La muerte de Candy Clark en la cabina telefónica, y como en el momento en que le dicen por teléfono, que el sheriff está camino del restaurante, éste aparece en medio del Blob. O el divertido encadenado de la muerte del responsable del cine, que pasa a un plano del público del cine gritando.
Russell se encarga de rodar las muertes de formas ingeniosas y utilizando todo tipo de recursos, por ejemplo, la muerte del proyeccionista mediante un travelling directo a su cara, que simula el avance del Blob. O como visualiza la muerte de Dr. Meddows, con la escafandra de su traje llenándose del Blob.
Y cuando llegan las escenas acción Russell demuestra estar a la altura (algo que volvería a demostrar en Eraser). Como la escena del salto con la moto en el puente (coronado con ese gran plano de la moto en el aire, mientras cae un jeep por un barranco y un helicóptero sobrevuela la escena, todo en el mismo plano). El momento en que el coronel Hargis se inmola con unas granadas, antes de ser devorado por el monstruo. O la escena de la moto escapando por las paredes del túnel.
Kevin Dillon es el mejor miembro del reparto, tirando de carisma a cada escena, soportando a sus espaldas gran parte del peso de la película. Nos gana con su actitud macarra, pero sobre todo en esos momentos en que demuestra ser una buena persona, y es atento con Meg o el vagabundo al que ataca el Blob. Pero la peli no se olvida en crear un fuerte personaje femenino, con la Meg Penny de Shawnee Smith, que de entrada parece una mosquita muerta, pero deviene en una fuerte personalidad, llegando a parecer una Ripley adolescente.
La película luce de maravilla para ser una pequeña producción de terror, sólo hay que ver esas imágenes nocturnas del bosque con los haces de luz del helicóptero entre los árboles para percatarse. Se le nota el cariño puesto por sus responsables en todos los apartados, eso la eleva por encima de la media de este tipo de películas.
Convierte la sencilla historia de la película original en una historia de tintes de la Guerra Fría, siendo la masa devoradora realmente un experimento del gobierno, que se ha ido de madre. Que es un cambio que sienta muy bien a la historia. Y al mismo tiempo capta ese tono paranoico típico de las producciones de los 50, pero la actualiza sabiamente. Además la amenaza del Blob no tiene límites, ya que sigue y sigue creciendo, pudiendo apoderarse del mundo.
Toma decisiones que nunca pensarías que haría una película comercial, como lo de matar a uno de los niños, o eliminar al primer acto al que parece va a ser el protagonista de la película, el personaje que interpreta Donovan Leitch Jr., que tiene todas la papeletas para ser el Steve McQueen de la película, pero los tiempos han cambiado y es el malote de Kevin Dillon el héroe inesperado. Se le agradece a la película que tome este tipo de decisiones.
El terror no tiene forma es una joyita del cine de terror de los ochenta, donde se presenta como uno de sus mejores y más entretenidos títulos. Os aconsejo que os dejéis atrapar por esta masa devoradora, y paséis noventa minutos terroríficamente divertidos.

CUROSIDADES
Del Close apareció en Blob: Masa mortal con un parche en el ojo, y al final de El terror no tiene forma el actor lleva también un parche.
Se estrenó por el 30 aniversario de La masa devoradora (1958).
Dos playmates dan vida a dos personajes de la película, Erika Eleniak (Vicki De Soto) y Julie McCullough (Susie).
Chuck Russell tiene un cameo, en el plano del cine en que todos se asustan a lo que ven en pantalla. Se encuentra en la segunda fila y en el centro de la imagen.
Fue nominada a los premios Saturn en la categorías de mejor película de ciencia ficción y mejor música (Michael Hoenig).
Ganó el premio a los mejores efectos especiales en el Festival de cine fantástico de Avoriaz.
La chica que en la escena del cine, está tendida en el suelo con la cara medio comida por el Blob, estaba basada en la novia de Tony Gardner.

BIBLIOGRAFÍA
Entrevista a Mark Irwin (jul 2024)
Fangoria Magazine (nº 76, 77)
Interview: Shawnee Smith (Joblo, 18 nov 2008)
Starlog Magazine (nº 134, 205)
Mexico's Deals-For-Debts Plan (The Washington Post, 21 ago 1987)
A World of Films For a Mass of Markets (Los Angeles Times, 5 sep 1986)
Men, Makeup & Monsters: Hollywood's Masters of Illusion and FX (Anthony Timpone, 1996)
The Directors: Take Four (Robert J. Emery, 2003)
Cinefantastique Magazine (Vol. 18 Nº 05)
Cinefantastique Magazine (Vol. 19 Nº 01)
The Funniest One in the Room: The Lives and Legends of Del Close (Kim Johnson, 2008)
Comentarios del director (Extra Blu-ray)
Cinefex Magazine (Nº 36)
Venice Magazine (Dec 1999/Ene 2000)
John Carpenter: The Prince of Darkness (Gilles Boulenger, 2003)

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Monday, September 23, 2024

En el punto de mira

Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quiere conocer partes esenciales de la trama de la película.

A dos policías se les encomienda la misión de vigilar una casa, para dar con la testigo de un caso contra la mafia.

Le tengo un cariño especial a En el punto de mira (Another Stakeout, 1993), y no hay mucha información sobre ella, así que para poder escribir la reseña me he valido de la ayuda de su guionista y productor Jim Kouf, y su director de fotografía Roy H. Wagner, que fueron muy amables al compartir conmigo sus experiencias en la realización de la película.

OTRA VIGILANCIA
Procedimiento ilegal fue un gran éxito en 1987, en Estados Unidos superó en la taquilla a Arma letal (1987), pero en lugar de rodar la secuela en un plazo de tiempo corto (como hizo Richard Donner en la saga protagonizada por Mel Gibson), ésta tardaría seis años en llegar.
"Disney quería hacer una secuela de inmediato," me explicó Kouf. "Pero yo estaba ocupado con otros proyectos, y me tomó un tiempo encontrar una historia que me gustara."
"Envié el guión a Badham, Dreyfuss y Estevez justo después de terminarlo para ver si a alguien le gustaba, y todos firmaron," continua Kouf. "Así que entramos en producción muy rápidamente."
Badham se lanzó a rodar "Stakeout II" (como inicialmente se tituló la película) porque según confesaba a Why So Blu?: "Me encantó la historia, que no era sólo una nueva versión del original, sino que se sostenía por sí sola."

REPARTO
Richard Dreyfuss y Emilio Estevez retomaron sus papeles de la pareja de policías Chris Lecce y Bill Reimers respectivamente.
El tercer papel protagonista en discordia fue para Rosie O'Donnell en la piel de la ayudante del fiscal Gina Garrett, que acompaña a Lecce y Reimers en su nueva aventura. Corre el rumor que el personaje de Gina originalmente estaba escrito para un hombre, pero Kouf lo niega. "Siempre fue escrito para una mujer," me explicó el guionista. "Antes de que Rosie fuera elegida, se suponía que había una conexión romántica entre Dreyfuss y el personaje femenino, pero el enredo romántico desapareció cuando las ideas del casting cambiaron. Los ejecutivos de Disney querían optar por una comedia en lugar de un romance. No estaba seguro de la elección, pero Disney realmente quería a Rosie, que era una nueva promesa..."
Tras trabajar con Miguel Ferrer en La asesina (1993), Badham contó de nuevo con el actor para dar vida al asesino a sueldo Tony Castellano.
El personaje de Madeleine Stowe (Maria), importante en la primera parte, quedó relegado a casi un cameo sin acreditar en la secuela. "Stowe tenía un papel pequeño porque no teníamos un rol lo suficientemente grande para ella, así que le pedí que hiciera la última escena como un favor," me explicó Kouf.
El resto del reparto lo formaron Cathy Moriarty (como la testigo Lu Delano), Dennis Farina y Marcia Strassman (como el matrimonio O'Hara, al que vigilan los protagonistas), John Rubinstein (en el papel del abogado Thomas Hassrick) y Sharon Maughan (interpretando a Barbara Burnside, otra vecina con la que se topa Lecce).

RODAJE
La fotografía principal tuvo lugar entre el 11 de enero 1993 y el 27 de abril del mismo año. Se filmó en localizaciones de Seattle y Las Vegas en Estados Unidos, y en Vancouver y Bowen Island en Canadá.
Badham escogió a Roy H. Wagner (Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño) como director de fotografía. Según me contó Wagner, fueron varias las razones que llevaron a esa decisión. "Había hecho varias segundas unidades para John. Había hecho un piloto de una serie, algunos anuncios y una serie de televisión para su socio, Rob Cohen. Había fotografiado un proyecto para su aprendiz, D. J. Caruso. Sobre esa base hice En el punto de mira con John."
Esto fue un cambio con respecto a la primera parte, que había sido fotografiada por John Seale (Mad Max: Furia en la carretera). "Llamé a John Seale con respecto a su fotografía, pero me dijo que me divirtiera y encontrara mi propia firma," me explicó Wagner. "Había fotografiado la primera parte de forma esférica. Fotografié la segunda con Panavision anamórfica. La primera fue una película seria algo divertida. Mi película era una comedia. Estilos muy diferentes."
El plano más loco de la película, es aquel en el que durante la persecución entre el perro y el gato, hay un plano desde la perspectiva del culo del felino. La pregunté a Wagner como surgió. "La cámara-culo fue idea mía. Montamos la cola en una steadicam en modo bajo. Fue hilarante incluso en los dailies."
Rodar en Canadá hizo que las cosas fueran difíciles durante el rodaje. "El mayor problema que tuvimos fue el clima," me contó Wagner. "Filmamos la mayor parte de la película en Vancouver. Habíamos programado los interiores de la casa para el invierno, esperando comenzar los trabajos exteriores durante la primavera." Los interiores de la casa se construyeron en estudio (más concretamente en los Bridges Stages en Vancouver), que fueron una réplica de la casa real, que estaba situada en Bowen Island, con dos plantas una encima de la otra. Iluminaron el set para recrear un bello día de primavera, y así filmaron allí las escenas, pero cuando llegaron a Vancouver para rodar los exteriores, se encontraron con el clima opuesto. "Nos encontramos con el peor clima en la historia de Vancouver," me explicó Wagner. "Llovió todos los días. Por supuesto, tuve que ocultar la lluvia y hacer que pareciera un hermoso día soleado de primavera."
Fue todo un reto el trata de ocultar que estaba lloviendo, y hacer que pareciese que hacía buen tiempo. "La noche que fotografiamos a Dreyfuss corriendo por el jardín en realidad estaba lloviendo, así que tuve que ocultar la lluvia real mientras iluminaba la lluvia de los aspersores. Si miras en la parte superior derecha del plano puedes ver la lluvia real."
Uno de los momentos más espectaculares de la película es la explosión inicial de una casa, la cual se rodó en Las Vegas. "Era una casa abandonada real, que nuestro equipo de efectos tardó una semana en preparar para la explosión," me explicó el camarógrafo. "Teníamos seis cámaras filmando al mismo tiempo. Una cámara estaba en una caja ignífuga dentro de la casa. Uno de mis asistentes de cámara expuso parte de la película. Tuvimos que reconstruir una parte de la casa para poder recrear la explosión del patio trasero, donde uno de nuestros actores salta a la piscina. De hecho, se puede ver que a uno de los actores le alcanzó una pequeña parte del fuego, que fue extinguido cuando saltaron a la piscina."
Hubo un mayor aumento de la comedia en comparación con la primera parte. Según me explicó Kouf: "Badham y los actores añadieron muchas tonterías durante el rodaje. No estaba contento con muchas de las cosas que agregaron, porque sentí que se estaban esforzando demasiado en ser divertidos." Al respecto, Badham se hizo responsable del exceso de bromas, asumiendo toda la culpa en una entrevista a Why So Blu? "Es mi personalidad infantil que queda libre," admitía el director.
Reinó un gran ambiente durante el rodaje, y eso se nota en la película. Los actores no paraban de hacer bromas, sobre todo Rosie O’Donnell. Un buen ejemplo es la escena en la que hablan sobre que Estevez  debe afeitarse su bigote, y éste le suelta a ella: "Hace 13 años que llevo este bigote. ¿Desde cuándo lleva el suyo?." El actor tuvo que repetir la escena cerca de 20 veces porque no podía para de reír al decir la frase.
Según contaba Badham, los pases previos de la película funcionaron muy bien con el público, lo que hacía presagiar otro éxito, pero éste nunca llegó, ya que la película tuvo una pésima campaña de publicidad. Primero el estudio decidió adelantar en un mes la fecha de estreno, y después decidió como estrategia de marketing, sólo comenzar a promocionarla dos semanas antes del estreno. Lo que no fue la mejor idea para una secuela que llegaba seis años después de la película original. Esto la condenó al fracaso.
La película llegó a las salas de cine de Estados Unidos el 23 de julio de 1993 (ya con el título definitivo de Another Stakeout), y sólo terminaría recaudando 20.208.496 de dólares (la primera parte había recaudado más del triple).
Aunque las críticas no fueron tan entusiastas como las de la primera entrega, hubo quien la disfrutó, como el crítico Roger Ebert, quien le dio tres estrellas y llegó a decir sobre ella: "Películas como ésta son chicles para la mente. Ésta mantiene su sabor mejor que la mayoría."

VALORACIÓN
Posiblemente soy el único fan del mundo de esta película, pero como comentaba en la introducción, siempre le he tenido un cariño especial, no sé ni cuentas veces la habré visto, y es que me resulta muy entretenida y gracias a su inofensivo sentido del humor, me cae en gracia.
La película no puede ser más sencilla, una operación de vigilancia de unos policías, que va de mal en peor, que combina comedia y acción (más de lo primero que de lo segundo). Pero es su sencillez con lo que me gana. Es una película que entra sola, simplemente hay que sentarse y disfrutar de las desventuras de esta pareja de policías. No hay pretensiones, ni subtextos, ni segundas lecturas, sólo un entretenimiento eficaz y simpático. Y es que a veces sólo queremos eso, pasar un buen rato con una película, sin demasiadas complicaciones.
Badham posee una tetralogía de comedias de acción que se localizan en estas coordenadas, y cuyo visionado siempre se pasa como un suspiro. Llegado un momento de su carrera se especializó en realizar este tipo de películas (Procedimiento ilegal, Dos pájaros a tiro, Colegas a la fuerza y En el punto de mira), y siento que no hubiera hecho más.
En el punto de mira es una película ligera que trata constantemente de hacerte pasar un buen rato, ya sea con una escena de acción (la explosión inicial), con una payasada (Dreyfuss y Estevez entrando en la casa como recién casados), bromas recurrentes (Estevez obsesionado con haberse afeitado su bigote) o un gag (ese plano desde el culo del gato).
La película es un no parar, y tiene un gran ritmo. Tras una secuencia espectacular donde conocemos a la testigo que persiguen los villanos, tenemos de nuevo a la pareja de policías expertos en vigilancias, metidos en un lío por causa de una nefasta detención a un criminal, para en poco tiempo estar metidos en una nueva misión de vigilancia, que sabemos que va a salir mal.
Juega a su favor, que si no se ha visto la primera parte no pasa nada, la historia se sigue a la perfección, y la escena inicial sirve como presentación de personajes, con Lecce y Reimers tratando de atrapar a un criminal.
Paga el peaje de repetir alguna situación ya vista en la película original, como tener a Lecce cubierto de basura hasta las cejas, pero es algo típico en las secuelas de tener un leit movit marca de la casa. Y luego tiene bromas internas, como que en la primera parte ambos policías gastaban un buen bigote, y aquí van afeitados.
Hay un cambio de tono con respecto a la primera parte, mientras que aquella era una película más o menos seria con toques de comedia, ésta es directamente una comedia. Creo que eso la beneficia, porque hace que no sea tan típica, para buddy movies de acción con comedia ya tenemos otros títulos tan destacados como Arma letal (1987), Tango y Cash (1989) o Límite: 48 horas (1982). El que apueste por ser más una comedia, hace que sea un poco diferente.
Ese tono de pura comedia lo tenemos en la secuencia de la cena con los vecinos, que se convierte en una locura que sólo va a más, y termina siendo tronchante, coronado con ese momento en que Gina, a quien se le escapa una información que sabe por estar espiando a sus invitados, se le ocurre decir que tiene poderes psíquicos para justificarlo. Toda esta secuencia funciona además de por el guión, por unos actores dotados para la comedia, donde destaca el gran Dennis Farina.
Algo por lo que esta película y la original funcionan, es que se trata de una película de unos voyeurs, alguien espiando a otras personas, lo que es muy cinematográfico, ya que el propio espectador se convierte también en uno. Además siempre resulta entretenido, porque apela a la curiosidad inherente en todos nosotros. Saber lo que hacen nuestros vecinos, y conocer que secretos esconden. Y si le metes humor, acción y suspense a la coctelera, te sale algo como mínimo entretenido.
Tal vez el cameo de Stowe está metido un poco con calzador, una subtrama para justificar tener al personaje de nuevo en la película (la actriz se había convertido en una estrella tras su participación en la primera parte), quien lleva muy al extremo el querer que Dreyfuss se case con ella. Pero sirve de arco para éste, un niño grande, que termina madurando y accediendo a casarse con ella, al saber lo que ella significa para él cuando cree perderla.
Es más interesante eso que el arco de Estevez, que pasa por superar la pérdida de su bigote (¡estamos en una comedia!).
La química entre Dreyfuss y Estevez funciona de maravilla, aquí más payasos que en la primera entrega. Son dos actores muy distintos que no deberían encajar, pero lo hacen.
Lo que menos me funciona de la película es Rosie O'Donnell, nunca llega a hacerme realmente gracia y resulta en algunos momentos un poco insoportable. Su personaje sirve para hacer que las situaciones se vuelvan más caóticas con sus metidas de pata, pero el personaje no se gana nuestras simpatías (se redime un poco al final, al salvar a la testigo de recibir un disparo).
Badham rueda con soltura esta buddy movie. Las escenas de acción cumplen (la explosión de la casa inicial es espectacular y la escena del coche en el muelle resulta divertida), y las escenas cómicas se suceden con fluidez y buen hacer. Además trata de utilizar diferentes recursos con la cámara, desde el uso de dioptrías de enfoque dividido a curiosos ángulos (como el giro que hace la cámara cuando Lecce, Reimers y Gina ponen rumbo a su misión en coche), eso sí, abusa de los planos holandeses. Todo para hacer la experiencia lo más amena posible.
En el punto de mira es una pequeña buddy movie, de lo más simpática, que hace que pases un buen rato. No es una obra maestra, pero tampoco trata de serlo, sólo pretende divertir al público, y lo consigue con creces. Si os gustan este tipo de películas, os recomiendo que la pongáis en vuestro punto de mira.

CURIOSIDADES
Única secuela que ha rodado John Badham en su carrera.
Dan Lauria que en la primera parte interpretaba a Phil Coldshank, compañero de Lecce y Reimers, en esta película se ha convertido en su capitán. Y sigue teniendo a su perro Winston.
Que el nombre del juez les deje la casa sea David Hoberman (alias Maximum Dave) es un guiño a David Hoberman, ejecutivo de Disney.
John Badham realiza un cameo como el capitán del ferry.
La película que están emitiendo por televisión en la habitación de Lu Delano es Procedimiento ilegal.
La calificación por edades de la película fue "PG-13", una reducción con respecto a la primera parte que fue "R".
D.J. Caruso futuro director de The Salton Sea (2002) y Disturbia (2007) fue el director de segunda unidad de la película.

BIBLIOGRAFÍA
Entrevista a Jim Kouf (oct 2022 y nov 2023)
Entrevista a Roy H. Wagner (nov 2023)
John Badham: Mr. Slick (Lebeau's Le Blog, 20 nov 2015)
Interview to Emilio Estevez (Moviehole, 2011)
Clint speaks to the legendary John Badham, director of WarGames, Stakeout, Saturday Night Fever (Moviehole, 2013)
The Den Of Geek interview: John Badham (Den Of Geek, 23 sep 2008)
Roger Ebert review (Chicago Sun-Times, 23 jul 1993)
Davis, Harlin stay attached to their work, romance (Variety, 20 jul 1993)

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Saturday, August 31, 2024

Jeepers Creepers

Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quiere conocer partes esenciales de la trama de la película.

Dos hermanos en un viaje por carretera, se encuentran con una criatura que está en plena temporada de caza.

Cada 23 primaveras y durante 23 días, al Creeper le toca comer. Hoy hace justo 23 años que se estrenó Jeepers Creepers (Jeepers Creepers, 2001) y durante los próximos 23 tendréis esta reseña encabezando el blog.

EL TERRITORIO DE LA BESTIA
Los inicios de Jeepers Creepers se remontan al verano del 1999, con los estrenos de El sexto sentido (1999) y El proyecto de la bruja de Blair (1999), que entusiasmaron al director Victor Salva. Sabiendo que el cine de terror estaba de nuevo de moda, y que los estudios estarían habidos de nuevos títulos, Salva decidió escribir un guión sobre un monstruo, lo que le permitiría regresar al tipo de películas que hacía en la escuela secundaria.
"Quería que la acción inicial tuviera lugar a plena luz del día, en un entorno rural," explicaba Salva a Cinefantastique"Pensé que al bañar la exposición en tonos cálidos y adormilados, aumentaría el horror cuando el Creeper hiciera su aparición."
El director también quería que su monstruo fuera evolucionando constantemente a lo largo de la película. Además tomó una historia real que incluyó en el guión, ese momento en que los dos hermanos observan como el Creeper tira algo en una tubería, y después vuelven al lugar para ver que es, algo que según explicaba Salva, le contaron que le ocurrió a dos ancianos. Hay quien supone que esa anécdota se basa en el caso del asesino Dennis DePue, pero Salva no lo ha confirmado.
Escribió el guión en un tiempo récord de cuatro semanas. Y lo vendió también rápidamente. Interesó a tres estudios, pero el manager de Salva le recomendó que le enviara el guión a Francis Ford Coppola, quien había sido el mentor del director. Coppola le había dado a Salva 200.000 dólares de su propio bolsillo para que realizara su primera película La casa del payaso (1989), tras quedar impresionado por su cortometraje Something in the Basement (1986). A Coppola le gustó el guión y quiso producirlo.
Con un presupuesto de 10 millones de dólares, la película fue producida por American Zoetrope, compañía de Coppola (quien se convirtió en su productor ejecutivo), siendo la primera película de un acuerdo de tres años de co-producción con VCL Communications, y de distribución para Norteamérica con MGM-United Artists. MGM-United Artists adquirió los derechos de distribución a cambio de 2,5 millones de dólares. Las compañías alemanas Cinerenta-Cinebeta y Cinerenta Medienbeteiligungs KG financiaron la película.
Durante el rodaje de La casa del payaso, sucedería algo que marcaría el resto de la vida y carrera de Salva. El director fue condenado a tres años de cárcel por abusar sexualmente del niño actor que protagonizaba la película. Por esa razón no fue fácil levantar Jeepers Creepers. MGM no estaba segura de contratar a Salva por su pasado, hubo una campaña contra el director, parte de la financiación se vino abajo y un actor abandonó el proyecto al descubrir el caso de Salva. Pero gracias a Coppola, quien creía en el talento del director, ayudó a que fuera contratado y así sacar la película adelante.
El estudio quería que se explicara más del pasado del Creeper y que además éste hablara. Para contentar a todos, Salva escribió una versión del guión con esos cambios, pero Coppola le convenció de que se olvidara de ellos y volviera al guión original. 
 
REPARTO
Justin Long confesaba que se presentó a las pruebas de la película por diversión, pero cuando supo por su agente que Francis Ford Coppola estaba viendo la cinta de su audición, se volvió algo muy serio, ya que si le gustaba su interpretación, el papel principal sería suyo. Tras un fin de semana interminable pudo respirar tranquilo cuando supo que había conseguido el papel de Darry. Inicialmente el estudio no quería a Long porque no era un actor conocido, pero para Salva era el actor idóneo para el papel, y Coppola apoyó la elección de Salva, por lo que el papel fue suyo.
Gina Philips, una fan del cine de terror, se llevó el papel de Trish, hermana de Darry. El guión le llegó a través de su agente y la cautivó, ya que el guión tenía dibujos terroríficos, que le otorgaba una idea visual de la película. La actriz hizo dos pruebas para el papel, y una tercera con tres posibles actores para el papel de Darry, uno de ellos Justin Long, y surgió una gran química entre ambos. Estaba claro quien iba a protagonizar la película.
Estaba previsto que Lance Henriksen diera vida al Creeper sin ser acreditado por ello. El actor ya había trabajado con Salva en Sombra en la carretera (1995) y Powder (1995), pero finalmente no sucedió. Jonathan Breck fue quien dio vida a la criatura. Antes de presentarse a la prueba de casting decidió afeitarse la cabeza, porque creía que encajaba mejor con el personaje. Dio en el blanco y se hizo con el papel. El actor se puso en una buena forma física para interpretar al monstruo.
Salva escribió el papel de la mujer de los gatos pensando en Eileen Brennan, y tuvo la suerte de conseguir que la actriz aceptase el papel.
El resto del reparto lo formaron Patricia Belcher (como la vidente Jezelle Gay Hartman), y Brandon Smith (en el papel del sargento de policía Davis Tubbs).

RODAJE
Rodaron la película en el centro de Florida, principalmente cerca de la ciudad de Ocala. La idea de rodar en Florida vino por parte de Salva para crear "una pesadilla a plena luz del día". Primero buscaron localizaciones en Canadá, pero tras ver fotos de diferentes partes de Estados Unidos, Salva se decantó por Florida porque tenía todo lo que buscaba para su película.
Los retrasos en el inicio del rodaje provocaron que comenzara seis meses más tarde de lo que estaba previsto, por lo que la filmación se produjo en pleno verano (más concretamente tuvo lugar entre el 26 de julio de 2000 y el 21 septiembre del mismo año), cuando más apretaba el calor y la humedad.
El clima les puso las cosas difíciles a los actores y al equipo, las temperaturas ascendieron por encima de los 40ºC. El primer día de rodaje, el segundo operador de cámara se deshidrató por causa del calor y se cayó de un camión. Jonathan Breck no lo pasó nada bien metido en el traje del Creeper, para quien el rodaje fue de lo más agotador.
No sólo el clima fue un engorro para el equipo, también lo fueron los insectos, había tantos y hacían tanto ruido, que hacían inaudible los diálogos de los actores, la solución que tomaron fue disparar una pistola al aire antes de rodar, lo que provocaba que los insectos permanecieran en silencio, lo que les daba el tiempo suficiente para rodar una toma donde los diálogos fueran perceptibles.
El restaurante Opper's Diner fue creado para la película, partiendo de un edificio que era un almacén, parecía tan real que mucha gente se paraba en el lugar para repostar sus vehículos.
Para mantener un estado de miedo en torno al Creeper, Victor Salva y Francis Ford Coppola decidieron que los actores principales no se relacionaran con Breck (ni con ningún personaje que no hubieran conocido), por lo que evitaban coincidir con él fuera de las cámaras. De esa forma Long y Philips se mantuvieron apartados del resto de actores, pasaron mucho tiempo los dos juntos, lo que ayudó a crear un vínculo similar al de sus personajes. Sólo conocieron a Breck cuando la película estuvo a punto de completarse.
Una semana antes de comenzar el rodaje, Salva quiso que Long y Philips ensayaran juntos, realizando improvisaciones y ejercicios de actuación, los cuales fueron filmados. Con ese material Salva escribió nuevas escenas, principalmente para el final.
Antes de comenzar el rodaje, la película se enfrentó a su mayor contrariedad, por un problema presupuestario la producción tuvo que recortar su presupuesto cerca de 1 millón de dólares. Esto provocó que tuvieran que eliminarse las escenas más espectaculares de la película. El clímax original, por ejemplo, mostraba como Darry, para acabar con el Creeper, estrellaba el camión de la criatura contra un tren, sacrificándose a si mismo. La secuencia de la mujer de los gatos tuvo que recortarse drásticamente, y se descartó una escena posterior, una persecución que terminaba con el Creeper saltando sobre un tren. Salva tuvo que ingeniárselas para dar con un final más pequeño. Basándose en las improvisaciones que habían hecho previamente Long y Philips, escribió un nuevo final basado en los personajes.
La creación del Creeper fue fruto de un trabajo conjunto. El artista Brad Parker se encargó de diseñar a la criatura (en colaboración con Salva), y su punto de inspiración fue la frase del guión: "Ese no es mi espantapájaros". La empresa de efectos de maquillaje "Makeup and Monsters" creó cinco trajes completos y diez máscaras para dar vida al Creeper. Para convertir a Jonathan Breck en el monstruo necesitaban sesiones de maquillaje que llegaban a las cinco horas. Y las alas en movimiento fueron creadas mediante CGI por la empresa E=mc².
Y para el camión del Creeper, se construyeron tres idénticos, uno con el motor original, uno sin motor (para usarlo en la escena en la que se estrellaba contra el tren) y un tercero con transmisión automática que le permitía alcanzar mayor velocidad. Este camión tenía un sistema de escape pésimo, lo que provocaba que la cabina del camión se llenase de humo. Después de rodar cada toma, el especialista que lo conducía, tenía que parar y tomar aire fresco. También disponían de tres Chevrolets, el coche que conducen los protagonistas. El primer día de rodaje, filmando una escena en la que la furgoneta del Creeper golpeaba el Chevrolet, pese a hacerlo a poca velocidad, abolló completamente el parachoques del coche, que se trataba del Chevrolet principal de la producción, y así permaneció el resto del rodaje. 
Un accidente ocurrió cuando rodaron la escena en la que Trish y Darry atropellan al Creeper con el coche, sin estar previsto, el especialista que hacía del Creeper, atravesó el cristal delantero del vehículo. Éste terminó con tres costillas rotas, y Justin Long quedó con la cara llena de cortes. Gina Philips no iba al volante del vehículo.
Por otro lado, uno de los stunts que suceden durante la misma secuencia salió sin problema alguno, ese instante en el que el Creeper camina por encima del coche cuando tratan de atropellarlo. Dos especialistas se encargaron de rodar la peligrosa escena (Hank Amos y Kevin Ball), quienes utilizaron un sistema de suspensión que les permitía reducir su peso, pero controlar lo que hacían en todo momento cuando caminaban por encima del coche.
En estudio rodaron la toma final de la película, en la que el Creeper mira a través de las cuencas de los ojos de Darry. Para esa escena, como el monstruo tiene los ojos de Darry, Justin Long tuvo que caracterizarse como el Creeper, y "Makeup and Monsters" construyó una réplica de su cuerpo.
El televisivo Bennett Salvay se encargó de componer la música para la película, con una carga muy experimental. Trató de obtener todo tipo de efectos y sonidos de las formas más curiosas, como poner cerillas en las cuerdas de los instrumentos o hacerle todo tipo de perrerías a éstos.
La película se estrenó el 31 de agosto de 2001, y tuvo el récord del mejor estreno del fin de semana del día del trabajo de la historia, con 13.106.108 de dólares de recaudación (récord que batiría Jeepers Creepers 2). La película amasó en Norteamérica 37.904.175 de dólares, y la recaudación final a nivel mundial fue de 59.371.303 de dólares.

VALORACIÓN
Jeepers Creepers fue una entrada refrescante dentro de la ola de terror que surgió tras Scream (1996), de hecho, es uno de los mejores títulos del género que surgieron en aquellos años. Pese a estar protagonizada por dos jóvenes, creo que es una película de terror puro y que no encaja exactamente dentro de aquella corriente de terror para adolescentes, está un peldaño por encima.
Bebe de un cine de terror más clásico, las influencias de Salva son El diablo sobre ruedas (1971) (todo el arranque con el camión del Creeper) o Los pájaros (1963) (el uso de cuervos como de señal de mal agüero y muerte), pero son sólo un punto de partida para crear algo nuevo y original. El director simplemente quiso crear una monster movie como las de antes, y lo cierto es que dio en el blanco, ya que el Creeper es muy memorable.
Creo que el principal acierto de la película es introducir los elementos fantásticos poco a poco. Inicialmente el Creeper parece sacado de El diablo sobre ruedas montado al volante de su camión, después cuando Darry encuentra su guarida creemos que se trata de un asesino en serie similar a La matanza de Texas (1974), pero ya comenzamos a sospechar que este asesino es un poco diferente a lo que estamos acostumbrados, y en la secuencia en la que Trish le atropella con su coche y le salen alas, descubrimos que estamos metidos de pleno en una película de corte fantástico.
Esa constate evolución y descubrimiento del villano, hace que la película siempre resulte interesante, y que no sepamos por donde nos va a salir.
Elementos como el personaje de la vidente, ayudan a crear ese entorno fantástico, y es la excusa que tiene Salva para explicar quién es el Creeper al público. Su mitología es muy atractiva y lo mejor es que nunca sabemos de donde viene esta extraña criatura, eso es lo que hace tan interesante al personaje. Que ha quedado como una de las mejores y más originales creaciones del terror de este siglo.
Salva dirige con pulso maestro la película, sabiendo como crear suspense y terror. Éste es su mejor trabajo como director. Me encanta como introduce el camión del Creeper, con un sencillo plano de los dos hermanos dentro de su coche, y como poco a poco se les acerca el camión por detrás. Y crea suspense con pocos elementos, como esa escena en la que mientras Darry se encuentra en la casa del dolor, Trish está fuera de la iglesia atenta por si regresa el Creeper, y de pronto aparece un camión (siempre desenfocado en tercer plano), y como ella trata de arrancar el coche mientras se acerca el camión, hasta que llega a su altura y comprobamos que no se trata del Creeper (y todo culmina con un estupendo jump scare con la aparición de Darry cuando todo parece haber vuelto a la calma).
Los actores están más que correctos en sus papeles, sobre todo Long, y es agradable que Salva convirtiera a los dos protagonistas en hermanos y no en pareja, para eliminar toda posible carga romántica y centrarse así en la historia. Siempre nos parece estar viendo a dos verdaderos hermanos, mediante sus bromas y peleas, transmiten una gran autenticidad.
No es la típica película de terror, se nota un cariño y esfuerzo especial en ella, así como en sus imágenes, que están dotadas de una excelente fotografía de Don E. FauntLeRoy con planos realmente conseguidos para lo que es una película de terror de bajo presupuesto. Como la muerte del policía en la comisaría, donde el Creeper le arranca el corazón y la luz de las linternas pasa a través del agujero que quedó en su cuerpo. O ese impresionante momento en que se revela la casa del dolor del Creeper con todos los cuerpos pegados a las paredes, mediante un plano que se va abriendo y cada vez se va iluminando más conforme se muestra el lugar.
Y posee acertadas notas de humor negro, como el Creeper dejando un cuerpo en el interior de su camión, y tras cerrar la puerta, vuelve a abrirla para meter dentro la cabeza del cadáver que se le había quedado atrás.
Jeepers Creepers es uno de los mejores títulos que surgieron del cine de terror americano de principios de los 2000. Su secuela también resulta recomendable, aunque no llega a brillar tanto como la primera parte. Merece la pena sentir un poco de miedo con el Creeper. Ya han pasado 23 años desde que nos aterrorizó por primera vez, y seguramente lo hará durante otros 23 años más.

CURIOSIDADES
El editor Ed Marx fue quien se encargó de hacer los silbidos del Creeper.
Victor Salva hizo un cameo como una de las víctimas de Creeper en la casa del dolor.
Salva ideó que el Creeper sólo se alimentase durante 23 días y cada 23 años, para evitar hacer secuelas de la película. Irónicamente Jeepers Creepers conocería dos secuelas dirigidas por Salva Jeepers Creepers 2 (2003) y Jeepers Creepers 3 (2017). Y posteriormente se estrenaría Jeepers Creepers: El renacer (2022), sin la participación del director.
El equipo no paraba de hacer bromas durante el rodaje. Un día Long se encontró en el baño un chupete colgado.
El restaurante Opper's Diner visto en la película recibe su nombre como un homenaje al productor de la película Barry Opper.
El grito del Creeper en la escena en la que los policías le encañonan con sus armas, se consiguió mediante al mezcla de varios sonidos, entre ellos el chillido de un cerdo y el sonido de un puma.
Además de diseñar el Creeper, Brad Parker hizo el storyboard de la película.
El director Tim Sullivan (2001 maníacos) aparece en uno de los carteles de desaparecidos en la comisaría.
Una vez terminó el rodaje, MGM vendió los tres camiones del Creeper como chatarra (que fueron comprados por particulares posteriormente). 
El estudio quiso cambiar el título de la película porque no les gustaba para una película de terror.
La película sucede en el ficticio condado de Poho, en el cual ocurren otras películas de Salva como La casa del payaso (1989), La casa de Rosewood Lane (2011), y Haunted (2014).
Tom Tarantini realiza dos papeles distintos en las dos primeras entregas de la saga. En Jeepers Creepers da vida al delincuente Roach, y en Jeepers Creepers 2 interpreta al asistente del entrenador.
Puede verse a Jonathan Breck sin el traje del Creeper, como uno de los policías de la comisaría.
El título de la película hace mención a la canción "Jeepers Creepers" compuesta por Harry Warren y Johnny Mercer en 1938. También es en jerga una expresión de sorpresa.
Fue nominada a los premios Saturn en la categorías de mejor película de terror y mejor interprete joven (Justin Long).
Hay una breve escena post-créditos en la que la camioneta del Creeper cruza una carretera y suena su horripilante claxon.

BIBLIOGRAFÍA
Cinefantastique - Vol 33 N 5 (oct 2001)
Talking Jeepers Creepers (IGN, 31 ago 2001)
Don't Fear the Creeper: An Interview with Gina Philips (Diabolique Magazine, 18 may 2017)
Fangoria Magazine (Nº 206)
'Jeepers Creepers' No.1 at box office (Kenosha News, 5 sep 2001)
Zoetrope, Myriad plan 3 pics (Variety, 24 feb 2002)
Victor Salva’s horror stories (Los Angeles Times, 11 jun 2006)
The Disturbing Case Of Dennis DePue (All That's Interesting, 16 dic 2022)
Behind the Peepers: The Making of 'Jeepers Creepers' (2002)

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Thursday, August 01, 2024

Breakdown

Este artículo contiene spoilers, no leer si no se quiere conocer partes esenciales de la trama de la película.

En un viaje por carretera, un matrimonio sufre una avería en su coche, y un camionero se ofrece a llevar a la mujer hasta un teléfono. Esa será la última ocasión en que su marido la vea.

EL DIABLO SOBRE RUEDAS
A mediados de los 90, Jonathan Mostow trataba de hacerse un hueco como director en Hollywood. Tras rodar la correcta película para televisión El vuelo del ángel negro (1991), Mostow trabajó en The Game (1997) que esperaba dirigir, pero sería David Fincher quien finalmente se sentaría en la silla de director. Entre otros proyectos, también escribió el guión de U-571 (2000), que tardaría varios años en lograr rodar. Fue después de esos intentos infructuosos, que comenzó a desarrollar el guión de Breakdown (Breakdown, 1997), película que vio la luz gracias al productor Dino De Laurentiis.
Mostow había conocido a De Laurentiis en 1991, cuando estaba rodando El vuelo del ángel negro, y se quedó sin dinero. Alguien le presentó al famoso productor y a su mujer Martha De Laurentiis, y Mostow acudió a sus oficinas para pedirles 400.000 dólares para poder terminar su película. Dino vio lo que había rodado y accedió, a cambio de tener los derechos de distribución en ciertos territorios extranjeros. De esa forma curiosa, iniciaron una colaboración profesional.
La primera película en la que parecía iban a trabajar juntos fue el thriller Escondido en la memoria (1996). El problema vino cuando Michael Marcus, presidente de la MGM, se negó a que Mostow dirigiese la película, y puso al más conocido John Dahl (La última seducción) en el puesto.
La relación entre Mostow y los De Laurentiis continuó, cuando los productores contrataron al director para que realizase una nueva adaptación del cuento "Trucks" de Stephen King, y que el propio escritor había llevado al cine con La rebelión de las máquinas (1986). Pero el proyecto no salió adelante por razones contractuales. En esa situación de desesperación, Mostow ideó una nueva historia que también implicaba camiones y un paisaje desértico, así nació Breakdown. Escribió el guión en un tiempo récord de tres semanas.
Mostow apareció de nuevo en la oficina de Laurentiis con el guión de Breakdown, y De Laurentiis se entusiasmó con él, sobre todo por la verosimilitud que trasmitía.
"Quería explorar el sentimiento universal de inquietud que las personas sienten cuando están en el medio de la nada," explicaba Mostow, "lejos de su hogar, lejos de la sociedad civilizada, lejos de un lugar donde las reglas y los policías te protegen." La primera versión revisada del guión data de marzo de 1996, el cual Mostow completaría con su colaborador habitual Sam Montgomery.
El director consiguió un acuerdo para dirigir la película, pero en un punto de su desarrollo la producción pareció llegar a un punto muerto, y Mostow pasó a otra cosa. Cuando regresó, el director descubrió que De Laurentiis había contratado a otro guionista, quien escribió un prólogo que establecía un pasado y motivaciones para el personaje del marido. En esas diez páginas se mostraba al protagonista como un periodista en la guerra de Bosnia, y como presenciaba la muerte de una niña, ante la cual permanecía inmóvil. Tras dejar su trabajo, regresa a casa y su mujer lo recoge en el aeropuerto. El protagonista decidía aceptar un nuevo trabajo, para el cual debía atravesar el país en coche. Mostow consideraba que nada de eso era necesario para comprender al personaje, pero accedió a filmarlo.
Parte del presupuesto de la película vino de la productora Spelling Films, creada por Aaron Spelling, pero necesitaban un estudio que pusiera el resto del dinero. Lo que sucedía es que ninguno quería hacerlo, era la historia de siempre, no querían a un director desconocido como Mostow a los mandos. Pero De Laurentiis se negó a reemplazarlo y decidió poner su propio dinero, financiando la película con el dinero de las ventas anticipadas en los mercados extranjeros, y comenzaron la producción sin un distribuidor para Estados Unidos. No sería hasta que llevaban filmadas dos terceras partes de la película que encontraron distribuidor. Sherry Lansing, jefa de producción de Paramount, llamó a Dino porque estaba interesada en la película. El productor le mostró cuarenta minutos de metraje, y rápidamente llegaron a un acuerdo.

REPARTO
La pequeña película de bajo presupuesto prevista (que rondaba los 3 millones de dólares inicialmente), se convirtió en una superproducción en el momento en que se contrató a una gran estrella (pasando a costar 36 millones), lo que fue una idea de Dino De Laurentiis. Mostow había escrito el papel protagonista con Kurt Russell en mente (de hecho, el actor estuvo cerca de hacer The Game con Mostow) y se lo hizo saber a Dino, quien a su vez le hizo una oferta al actor. Russell estaba atravesando un buen momento en su carrera, encadenando éxitos como Llamaradas (1991), Falsa seducción (1992), Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp (1993), Stargate (1994), o Decisión crítica (1996). Aceptó participar en la película, dando vida a Jeff Taylor, y cobró su mayor sueldo hasta la fecha, 15 millones de dólares. La única condición que puso Russell fue estar al final de cada día en su casa de Los Angeles, para estar con sus hijos, algo de entrada complicado, teniendo en cuenta que rodarían en algunos momentos a más de 2.000 kilómetros de su hogar, pero como veremos en unos párrafos, De Laurentiis cumplió su parte del trato.
Antes de rodar Breakdown, Russell filmó 2013: Rescate en L.A. (1996), que tuvo un rodaje nocturno, y para mantenerse en el mismo horario durante los fines de semana, el actor se quedaba despierto por las noches, por lo que él y Mostow quedaban en su casa para hablar sobre el guión durante las noches de los sábados y domingos, de modo que cuando se pusieron a rodar, eran una máquina bien engrasada, y apenas rodaban unas pocas tomas de cada plano.
Poco antes de comenzar a rodar aún no tenían a la actriz que daría vida a Amy Taylor, mujer de Jeff, y es que era difícil que alguna se interesara en interpretar un papel, que prácticamente a los 10 minutos de película desaparecía del mapa. Varias actrices lo rechazaron, y se lo ofrecieron a Kathleen Quinlan, en boga por aquel entonces por su nominación al Oscar por Apolo 13 (1995). Mostow sólo tuvo 15 minutos para convencerla en la reunión que mantuvieron en una cafetería, ya que ella estaba liada con todo lo relacionado con la ceremonia de los Oscars, pero el director consiguió que se sumase al proyecto.
A los cuatro villanos de la película les dieron vida J.T. Walsh (Red Barr), M.C. Gainey (Earl), Jack Noseworthy (Billy) y Ritch Brinkley (Al). Noseworthy se hizo amigo de Mostow y se convirtió en un fijo de su cine. Por su parte, Gainey no guarda un buen recuerdo del rodaje. "Tuve que morirme de hambre hasta los 102 kilos," explicaba el actor a The Neon Rewind. "Vestía una larga camisa negra, y ropa oscura, y era un elenco pequeño, así que no había nadie con quien pasar el rato, no fue divertido."
En papeles secundarios podemos encontrar a Rex Linn (como el Sheriff Boyd), Moira Sinise (en la piel de Arleen, mujer de Red), Jack McGee (en el papel del camarero del Belle's) y Kim Robillard (como el policía Len Carver).

RODAJE
El rodaje tuvo lugar entre el 9 de abril de 1996, y el 28 de junio del mismo año. Y se utilizaron diferentes localizaciones de California, Nevada, Utah y Arizona, con un uso masivo de exteriores en el desierto.
El pueblo de Brackett era realmente Victorville (en California). Y el plano de Russell divisándolo desde lo alto de una montaña rodeado por los villanos, se rodó en exteriores, pero con una pantalla verde detrás del actor, ya que el pueblo no existía, y fue insertado posteriormente.
La constante del rodaje fueron las idas y venidas de Russell al inicio y final de cada jornada. Por la mañana recogían al actor en su casa, y lo llevaban al aeropuerto privado de Santa Monica, desde donde volaba al aeropuerto más cercano en el que se encontrase el rodaje en aquel momento, y después un helicóptero que estaba esperando, lo llevaba al set de rodaje. Tras intentar sacar todo el partido a las horas que disponían de él, sobre las 4:30 de la tarde el helicóptero estaba preparado para que el actor volviera de regreso a casa. Sólo en una ocasión el actor tuvo que permanecer más allá de ese horario, y fue para rodar una escena nocturna, para la que sólo lo necesitaban una noche.
El momento en que Amy le da el golpe de gracia a Red, fue una idea que surgió el mismo día de rodar la escena. Originalmente en el guión, era Jeff quien mandaba al villano al otro barrio, pero Kathleen Quinlan se lamentó a Kurt Russell, por como en las películas de acción, las mujeres siempre son damiselas en apuros, y Russell le propuso que fuera ella quien se encargase de protagonizar ese momento. Le preguntaron a Mostow que le parecía, y el director pensó que era perfecto, y cambió la escena.
Mostow programó rodar el prólogo de Bosnia al final del rodaje, con la esperanza de poder convencer a todo el mundo de que no era necesario, pero al final tuvo que rodarlo a regañadientes, algo para lo que necesitó de dos semanas.
Pero la suerte se puso de su parte cuando al estudio le encantó la película, por eso pudo sugerir que en lugar de hacer un pase de prueba, se hicieran dos, el primero con el prólogo y el segundo sin él. Los pases tuvieron lugar en Long Beach, y cuando los ejecutivos asistieron al segundo, no les hizo falta ni ver los resultados del público, se dieron cuenta que esa era la versión que debían estrenar. De esa forma Mostow se salió con la suya.
El rodaje se completó sin mayores incidentes, y sólo hubo un problema fuera del mismo, y tuvo que ver con la música. Basil Poledouris fue el encargado de componer la banda sonora, pero su primera partitura fue rechazada y tuvo que componer una nueva, que fue completada gracias a la colaboración de Richard Marvin, Eric Colvin, Steve Forman y Judd Miller, que aportaron música adicional.
La película se estrenó en Estados Unidos el 2 de mayo de 1997 (tras una premiere el 24 de abril en Los Angeles), y fue uno de los sleepers del año, recaudando 50.159.144 de dólares en territorio norteamericano. Además cosechó críticas favorables.

VALORACIÓN
Breakdown supone uno de los mejores ejemplos de suspense, que podemos encontrar en el cine de los 90. Transmite tensión desde el minuto uno, y atrapa al espectador hasta el final. Pero además es también un ejemplo modélico de cine de acción bien entendido, con un gran sentido del ritmo. La película se convierte así en una acertada mezcla de ambos géneros.
Las persecuciones están dotadas de energía y nervio, y las secuencias de suspense transmiten siempre el miedo del protagonista. Mostow pese a ser un director casi novato, demostró manejar a la perfección los mecanismos de ambos géneros. Pero cuando quiere es capaz de buenos movimientos de cámara, como ese picado que se aleja de Russell cuando sale de la cafetería, que nos hace sentir su soledad.
Y como en toda buena película de acción, el héroe se desarrolla durante las escenas de acción, éstas sirven para llevar adelante la historia y al personaje. Vamos conociendo a Jeff por sus actos, entendemos cuando viaja debajo del camión de Red (posiblemente la mejor escena de la película), que hará lo que sea necesario para recuperar a su mujer, y su angustia y sufrimiento en cada una de las set pieces consiguen que empaticemos con él.
Lo mejor de la película es que consigue que nos pongamos en la piel de Jeff, que sintamos su miedo e impotencia, y que constantemente pensemos que haríamos en su lugar. Y eso es porqué el protagonista es presentado como una persona normal en una situación extraordinaria, la película se esfuerza por transmitir verosimilitud y realismo, aunque lo adorne con escenas de acción. Además está reforzado al estar contada la historia desde su punto de vista, y que la cámara siempre le acompañe en todo momento, eso hace que conectemos con el personaje.
Y gran parte del mérito de esa autenticidad lo tiene Kurt Russell, demostrando una vez más su versatilidad, haciendo creíble en todo momento su papel de tío normal superado por las circunstancias, sin saber que le está ocurriendo, ni en quien creer.
Pero además el resto del reparto está de lo más atinado, donde destaca principalmente ese gran secundario que era J.T. Walsh, componiendo un excelente villano, sin caer en excesos ni en la sobreactuación.
La película trata de ese sentimiento que se produce cuando somos un pez fuera del agua, del miedo que tenemos cuando estamos en un entorno que no conocemos y que nos pase algo malo. Mostow lo pone en imágenes haciendo realidad nuestra peor pesadilla, la desaparición de un ser querido y nos angustia con un (entretenido) ¿y si?
Y de paso nos habla de lo peor de la condición humana, vemos lo horribles que pueden ser los actos de la gente, Jeff y Amy se topan de bruces con el mal, pero lo más terrorífico es que ese mal tiene el rostro de gente normal y corriente. Es la persona que te cruzas en una cafetería o una gasolinera, aquel que ves a través del cristal de tu coche al pasar. Esa cotidianidad pone los pelos de punta.
Además vemos en sus imágenes una lucha de clases, Jeff y Amy son considerados unos yuppies por el coche que tienen y su aspecto (realmente son de clase media), mientras que los villanos son de clase obrera, y se creen con derecho de arrebatarle a los ricos lo que tienen. Eso le añade una capa más a la película, y nos hace preguntarnos si Jeff tendrá lo que es necesario para enfrentarse a ellos.
El tiempo de la película está de lo más ajustado, 93 minutos que parecen la mitad. Nada más comenzar ya tenemos el encuentro entre Jeff y Earl. Toda la parte de la desaparición, con Jeff tratando de encontrar a su mujer, dura lo que tiene que durar, y justo en el momento que podrían comenzar a estirarlo, la película da un giro y descubrimos los planes de los villanos. Y el suspense ya no viene por el qué le habrá sucedido a la mujer, se convierte en que hará Jeff para evitar que la maten, ya que no tiene el dinero que ellos le piden. La película se reinventa cuando tiene que hacerlo, y no pierde un ápice de su interés.
Es un acierto no mostrar a la mujer durante toda la película, hasta el consabido clímax final. Sigue siendo el personaje que articula toda la trama, pero el que Jeff no tenga noticias de ella, nos coloca en su lugar, y si en algún momento nos la hubieran mostrado se perdería la fuerza que produce su desaparición. Es su ausencia y la sensación de no saber si sigue viva lo que mantiene nuestro interés.
Y el cierre de la película está a la altura del resto, no sólo tenemos la mejor persecución de la película, además guarda otros momentos geniales, la mujer de Red gritándole a su hijo que dispare a Jeff (un momento de suspense incómodo e inesperado); el momento en que Jeff cree que su mujer está muerta cuando la sacan del camión (pura angustia); y la escena en que Red arrolla la caravana en la que se encuentran Jeff y Amy (otro gran momento de acción).
Pese a su sencillez, el guión guarda ideas que consiguen que nos quedemos dándole vueltas durante días. ¿Haríamos lo mismo que Jeff y dejaríamos a nuestra pareja irse con un desconocido? De haberlo hecho, ¿cómo nos sentiríamos por cometer ese error? ¿Hasta donde llegaríamos por recuperar a alguien a quien queremos? Además se redondea con pequeños detalles que lo hacen todavía mejor. Como el premio de 90.000 dólares al que se hace mención en un par de momentos, para que resulte creíble cuando Jeff da esa cifra a los villanos. O que simplemente por varias matrículas y objetos que Jeff encuentra en la granja de Red, sabemos que los villanos han secuestrado a varias personas antes que a Amy.
La película tiene un gusto a cine de los 70, una apuesta por lo artesanal y clásico que se agradece. Tenemos el uso de especialistas, la ausencia prácticamente de efectos visuales (sí hace uso de matte paintings, lo que refuerza esa idea de cine a la antigua), e incluso tenemos zooms tan característicos de esa década.
Además vemos la influencia clara de dos películas en Breakdown, la primera y más obvia El diablo sobre ruedas (1971), y también vemos la huella de la holandesa Desaparecida (1988). De la primera tenemos el camionero como enemigo y las persecuciones por carretera; y de la segunda la tensión e impotencia de un hombre en busca de su mujer secuestrada en un viaje por carretera. Pero aún así el film de Mostow tiene su propia personalidad y no es una mera imitación de aquellas.
Pocas pegas se le pueden poner, tal vez ese momento en el que el coche de Billy aparece de la nada en la persecución final. O el porqué Billy no sale al encuentro de Jeff la primera vez que éste visita la cafetería, haciendo que el protagonista tenga tiempo de encontrarse con Red e incluso acudir a la policía. Aunque este punto está claro, Mostow lo hace para aumentar el suspense todo lo posible, e incluye ese impagable encuentro de Jeff con el camionero y como éste actúa como si lo no lo conociese de nada, así que se le perdona.
Breakdown es un pequeño clásico del cine de suspense. No sabe lo que son los tiempos muertos y tiene un ritmo que no da respiro al espectador. Pisa el acelerador nada más empezar y no lo levanta hasta el final. La película supone un viaje inolvidable, que te hará pensarte dos veces irte con un desconocido. Después de verla viajar por carretera nunca será lo mismo. 

CURIOSIDADES
De sus propias películas, Kurt Russell considera Breakdown, una de las que está más orgulloso.
Por su parte, Jonathan Mostow declaró que Breakdown es su película favorita de todas las que dirigió.
Cuarta película en la que coincidieron Kurt Russell y J.T. Walsh, tras Conexión Tequila (1988), Llamaradas (1991) y Decisión crítica (1996).
La película fue nominada a dos premios Saturn en las categorías de mejor película de acción/aventura/thriller y mejor actor secundario (J.T. Walsh)
En la granja de Red se ve en un televisor un videojuego, que no es otro que Doom.
El body count de la película asciende a 4 muertos (sin contar el destino del Sheriff Boyd).
Cuando Earl se acerca por primera vez a Jeff en la gasolinera, se puede ver al fondo el camión de Red.
Cuando Red le dice a Jeff, "49 minutos. Es hora de ponerse en marcha", realmente ese es el tiempo que queda para que termine la película.
El hijo de Mostow nació la misma noche de la premiere de la película.

BIBLIOGRAFÍA
Get That Cat Outa Here: Behind the Scenes of My Favorite Films (Ben Ohmart, 2019)
Dino: The Life and the Films of Dino De Laurentiis (Tullio Kezich, 2004)
Mission from Mostow (Salon, 4 may 2000)
M.C. Gainey (The Neon Rewind)
De Laurentiis not foreign to success (Variety, 28 feb 2001)
Jonathan Mostow Interview (Vulture Hound, sep 2017)
Breakdown (Irish Film Institute)
U-571 – Richard Marvin (Movie Music UK, 21 abr 2000)
Breakdown Soundtrack (soundtrackcollector.com)
Mission from Mostow (Salon, 4 may 2000)

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