Episodios de culto: "Angel: Not fade away"

"Bueno, personalmente, quiero matar al dragón."

"Este artículo contiene spoilers, no leer si no se desean conocer hechos importantes de la trama del episodio."

En muchas ocasiones, las series de televisión consiguen igualar, o incluso superar en calidad a la mayoría de las películas que se estrenan en cines. Series recientes como 24, Battlestar Galactica o Perdidos lo corroboran. Todas ellas poseen guiones, actores y una puesta en escena que envidiaría cualquier película.

La serie que aquí nos ocupa es Angel, creada en 1999 por Joss Whedon y David Greenwalt. La serie surgió como un spin-off de Buffy, cazavampiros, pero con el paso de los años llegó a convertirse en una serie con personalidad propia, llegando incluso a superar la serie que la originó.

“Not fade away” (No te desvanezcas) escrito por Joss Whedon y Jeffrey Bell y dirigido por este último, fue el episodio final de la serie y uno de los mejores episodios de la historia de la televisión. Tal es su poder de impacto en el espectador, que tarda mucho tiempo en borrarse de su memoria y supone además, un punto de inflexión, tanto en la propia serie como en la televisión en general.

El punto de partida de la historia es que los protagonistas deben evitar el Apocalipsis, pero en lugar de esperar a que este llegue, deciden eliminar a todas las personas que lo provocaran, de ese modo, ellos deben acercarse al lado oscuro para contradictoriamente hacer el bien y así salvar al mundo.

Esta idea por si misma es realmente increíble viniendo del episodio final de una serie, que invierte totalmente el curso de la misma, la cual en diferentes ocasiones dio muestras de esa vertiente oscura, pero nunca hasta tal punto. Aquí se muestra a los buenos convirtiéndose simbólicamente en los malos, tomando esa decisión de forma consciente, dado que sólo pueden vencer al mal, haciendo el mal. Que tal planteamiento venga de una serie de televisión le añade mayor valor si cabe, sobre todo al ser mostrado sin ningún tipo de falsa moralina.

Pero el episodio no se queda en un mero planteamiento argumental, sino que lo desarrolla hasta alcanzar proporciones increíbles, todo el episodio transmite una sensación de fatalismo y épica, que nos presagia su sorprendente final. Hasta llegar ahí asistimos a una sucesión de escenas memorables como el montaje de los diferentes personajes pasando el que suponen será el último día de su vida (Angel reuniéndose con su hijo, Spike recitando poesía en un local, Wesley pasando sus últimas horas con Illyria, etc.); la dramática muerte de Wesley en brazos de su añorada Fred; la muerte de Lindsey a manos de Lorne y su reacción al no ser Angel quien le mate, sino ese “don nadie” de Lorne; el espectacular enfrentamiento entre Angel y Marcus, éstos son sólo unos pocos de los muchos y geniales momentos que contiene el episodio.

Como colofón final y como no podía ser menos, el final está a la altura del resto del episodio, siendo éste totalmente a contracorriente de lo que suele ser el final de una serie. Las últimas imágenes del episodio nos muestran como los protagonistas se reúnen en un callejón después de haber evitado el Apocalipsis y como sus actos han provocado una furia sin igual, un ejército de demonios, gigantes y dragones se lanzan contra ellos para matarles. Cuando los protagonistas se disponen a la confrontación, en una batalla que no pueden ganar, el episodio termina repentinamente, nunca sabremos que les sucedió a estos personajes, aunque la respuesta más evidente es que todos murieron luchando, siendo imposible su victoria, pero al mostrarlo de esta forma transmite la sensación que de alguna manera han logrado ganar, se han convertido en héroes y los héroes viven para siempre.

Su victoria no es un triunfo completo, ellos saben que al mal no se le puede vencer, pero pueden marcar una diferencia y ganar aunque sólo sea por una vez, aun a costa de sus vidas. Whedon ha dicho que algún día explicará que sucedió en ese callejón, al parecer en forma cómic (de inminente publicación), pero yo prefiero quedarme con este final abierto y dramático.

Por todo lo mencionado “Not fade away” es un gran episodio, que puso punto y final a una de las mejores series de los últimos años, de una forma como jamás se hubiera podido imaginar.