Leyendas urbanas cinéfilas (I): Tres hombres y un fantasma

Supongo que todos conoceréis la famosa leyenda urbana del niño oculto tras una cortina en Tres solteros y un bebé (1987), pero lo que igual no sabéis es la explicación de que era lo que realmente se escondía tras la cortina.

Como recordaréis en la famosa escena, Ted Danson y Celeste Holm entran en una habitación para buscar al bebé que los 3 hombres están cuidando. Cuando salen de la habitación, durante un segundo, puede verse la silueta de lo que parece ser un niño detrás de la cortina, al fondo de la escena.

La leyenda urbana más difundida es que quien se encontraba detrás de la cortina era el fantasma de un niño, que había muerto en el edificio donde se rodó la película, al parecer disparándose con un rifle. También se dijo que la madre del niño tras verlo en la película, enloqueció e ingresó en un psiquiátrico.

Muchos creían que todo se trataba de un truco de los productores para aumentar las ventas y alquiler de la película, habiendo insertado dicha imagen a propósito, para que de esa forma aumentase su fama. De hecho, la película fue un gran éxito en alquiler vhs, gracias en parte, a la fama que adquirió por su leyenda urbana.

Pero al final, la explicación a la historia es mucho más sencilla. Quien se esconde detrás de la cortina no es otro, que el propio Ted Danson. Sí, pero no el actor de carne y hueso, sino un póster recortable de cartón de él mismo, que puede verse en su habitación al final de la película.

Si os fijáis bien en las fotos anteriores y hacéis una comparación, lo que se ve tras la cortina es la figura de cartón. Tiene la misma camisa de color blanco, la chistera, la forma del cuello es igual y si os fijáis bien incluso se ve la americana sobre los hombros. Es justificable también que parezca un niño, la figura de cartón es de una altura inferior a la de Ted Danson y puede dar la impresión de tratarse de una persona de baja estatura. La prueba que lo confirma totalmente, es la arruga que tiene la camisa de Ted Danson en el lado izquierdo. Puede apreciarse mucho mejor en la imagen inferior, la figura de detrás de la cortina tiene una arruga igual en el mismo lado.

Lo que sucede es que la posición de la cámara, combinada con el movimiento de las cortinas, transmite primero la falsa ilusión de que no hay nada detrás de las cortinas cuando los actores entran en la habitación, y después cuando salen, provoca que “alguien” parezca misteriosamente en ese lugar. Además el hecho de que todo se produzca de forma casi subliminal, aumenta la sensación de la aparición fantasmagórica.

Como apunte final, no podría ser posible que ningún niño se suicidase en el edificio donde se rodó la película, porque las escenas de interiores se rodaron en un estudio en Canadá y no en un edificio real.

En fin, misterio resuelto.